tag:blogger.com,1999:blog-19622709044319788082024-03-19T03:49:51.028+01:00Libros para el caminoEste lugar tiene que ver con la música, y con lo que nos conmueve de la música.Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.comBlogger65125tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-55024296585492390402023-12-11T13:24:00.004+01:002023-12-11T13:38:38.169+01:00The Velvet Underground, etc<div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">THE VELVET UNDERGROUND, ETC. El grupo que pervirtió la música rock. Rafa Cervera.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">Libros Cúpula. 2023. 413 págs.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6QQ1CHzjYGe9w3MNvWYtGt3NC7vOSe73ujwcLMYRgCt21qRAI_c5d5lHlqK7dm_d2UNHsN5HCn7e04obMzAGAh6q3s59dkjsKxR_XTDlJzs5N3LNiTX4kLlc3HLwcgKgMC12Hh64p1U13BDURqtPh_mUj3lbV6HhkovhsGh9DYdu8oWpeFYI8kl0qXQHc/s600/81WKsJhW8LL._AC_UL600_SR600,600_.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="600" height="403" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6QQ1CHzjYGe9w3MNvWYtGt3NC7vOSe73ujwcLMYRgCt21qRAI_c5d5lHlqK7dm_d2UNHsN5HCn7e04obMzAGAh6q3s59dkjsKxR_XTDlJzs5N3LNiTX4kLlc3HLwcgKgMC12Hh64p1U13BDURqtPh_mUj3lbV6HhkovhsGh9DYdu8oWpeFYI8kl0qXQHc/w403-h403/81WKsJhW8LL._AC_UL600_SR600,600_.jpg" width="403" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Libros Cúpula, editorial del grupo Planeta, aglutina una miscelánea de obras definidas como "del día a día". En ella se incluyen cosas como autoayuda, educación emocional, cocina, fútbol... y este libro. La ubicación del excelente trabajo de Rafa Cervera en este plantel provoca perplejidad. ¿Es la legendaria banda neoyorquina algo del "día a día"? Es cierto que evolucionaron del estado de malditos al de artistas de culto, de no ser seguidos más que por unos pocos a ser reverenciados por muchos, pero choca encontrarles compartiendo catálogo con el Cholo Simeone. Posiblemente sea este el signo de los tiempos, como las camisetas de The Ramones. Ay, Andy, mereces un lugar entre los profetas. De Warhol, por supuesto, se habla, y mucho, en el libro. Aunque su vinculación con la banda acabara pronto, la relación personal no se desvaneció, y su presencia / ausencia, perturbadora, llegó más allá de su muerte. También se habla mucho de Nico. Está en la cubierta, en esa magnífica imagen tintada de amarillo, precisamente de amarillo. No se puede entender The Velvet Underground sin Warhol y sin ella, sin sus contribuciones a eso que Cervera llama "pervertir la música rock". Por eso sus nombres encabezan dos de los capítulos de la primera parte del libro, perfiles biográficos de seis personas fuera de sitio en la sociedad de finales de los años 50, que encontraron su lugar siendo especiales. ¿Fueron The Velvet Underground una creación de Warhol? ¿Debemos considerar a Nico miembro de la banda? Rafa Cervera no se hace preguntas, pero las contesta todas al escribir esta historia que habla de la música como arte y transgresión, de rebelión y revelación (rebelarse / revelarse), de la gestación del futuro en unos pocos discos y actuaciones sin demasiado éxito. Rafa Cervera se pasea por The Factory, por el Max's y por el CBGB como un visitante de otro tiempo que extasiado toma notas en su libreta. En realidad se ha hundido en montañas de documentos que acumuló durante décadas y ha reconstruido el pasado para ofrecérnoslo, porque nosotros no estuvimos, porque nadie estuvo. Eran aquellos años en que The Velvet Underground eran un experimento ruidoso que se disolvió en el silencio, diseminando polvo estelar. Rafa Cervera lo cuenta como él sabe, con las palabras justas, guiándonos a lo largo de trescientas cincuenta páginas, una narración elegante y sobria, que no distrae del propósito del libro: explicar por qué lo que cuenta fue importante, por qué sigue siéndolo.</div><div style="text-align: left;"><br /></div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-69306005607944660332023-11-09T18:15:00.002+01:002023-11-09T18:15:25.979+01:00Sobras Completas. Flaco Barral.<div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">SOBRAS COMPLETAS. FLACO BARRAL. Paco Espínola.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">Allanamiento de Mirada. 2023. 323 págs.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-FknwPNHnwEs2oA9V46rlNRmbEPgpKbXXCPQUYt_-he_W7o3dLFIlKu0hDD5So3Bn0bthdiN1ID9lNVCb1a7oeJoTd4zbug2MM6n2dZOAJ1XXFhDXOcRup1WNrjmLz_ztvqjuGFB51CZ8W_Odb2g55QUa6vpwv4fykyWqEGiDkUonW74jsWimf2GoetTi/s990/978841235537.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="990" data-original-width="700" height="461" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-FknwPNHnwEs2oA9V46rlNRmbEPgpKbXXCPQUYt_-he_W7o3dLFIlKu0hDD5So3Bn0bthdiN1ID9lNVCb1a7oeJoTd4zbug2MM6n2dZOAJ1XXFhDXOcRup1WNrjmLz_ztvqjuGFB51CZ8W_Odb2g55QUa6vpwv4fykyWqEGiDkUonW74jsWimf2GoetTi/w325-h461/978841235537.jpg" width="325" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Flaco Barral, dicho así, de sopetón, es alguien, seguro. Con ese nombre no se puede no ser alguien. Sin embargo, es fácil no ubicarlo, porque Jorge Barral, afincado en España desde 1973, siempre ha estado escorado hacia esa parte de la escena musical donde la fama no alumbra lo suficiente. Su modo de enfrentar el oficio tampoco ayuda, más preocupado de hacer las cosas bien que de triunfar, bohemio y generoso, artista y soñador. Paco Espínola, alma de Allanamiento de Mirada, nos descubre en una larga entrevista los motivos para que el Flaco sea algo más que un nombre. Espínola se sabe a Barral, y el formato de entrevista es una excusa para biografiarle. Está bien que sea así porque es su voz, la del Flaco, la que habla. Hay una historia de la música de los últimos sesenta años que transcurre en los márgenes. O en la otra orilla del charco, porque empieza en los garitos de Uruguay y Argentina, y de ahí pasa a los teatros. Muy lejos de aquí, donde continúa, en un momento en que en el territorio español se abren poco a poco puertas de libertad que en el cono sur se cerraban con golpes sordos. Esto que nos cuenta Barral tiene contexto, social, político. Pero es, por encima de todo, música y búsqueda artística. Sorprende la cantidad de géneros por los que se mueve: el rock, el blues, el folk, el progresivo, el rock andaluz, las músicas orientales y africanas, lo que se presentaba. Había que ganarse el pan y había también una inquietud artística, ganas de aprender y sobre todo de imbuirse de cada descubrimiento, de no sonar impostado. Flaco, en cada momento, ha creído en lo que hacía, y si no lo creía no lo hacía. Su camino se cruza con el de muchos nombres conocidos y con el de muchos desconocidos, y en todos esos encuentros hay verdad. Forma parte de bandas efímeras, acompaña a otros artistas, o desde la mesa de mezclas da forma a proyectos ajenos. En el copioso archivo de imágenes del libro se da testimonio gráfico de lo narrado. En los dos CDs cuidadosamente compilados por Espínola se mide el alcance de su obra.</div><br /><div style="text-align: justify;"><br /></div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-46613208533520068572023-06-29T13:04:00.003+02:002023-06-29T13:09:07.041+02:00Conversaciones con Teddy Bautista<div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">CONVERSACIONES CON TEDDY BAUTISTA. Luis Lapuente.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">Efe Eme. 2023. 217 páginas.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-HzYCNExHzlIZijICci6sEsySiWr3kdpMNEGagfa4n0m2UADHifIG6Yd1RX0qxmLC56zJkJRI-2FeDVr-liSv2ooNtAWXODWGJNnh5XvqnBwmmCllNdG3tW4Ahh5znU59jN0-okE2TIXVwRntm9TjOPwyJ9bB-My_uBFHydaCrigdVOJrMgC6yc66QaAk/s800/conversaciones-con-teddy-bautista.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="800" height="404" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-HzYCNExHzlIZijICci6sEsySiWr3kdpMNEGagfa4n0m2UADHifIG6Yd1RX0qxmLC56zJkJRI-2FeDVr-liSv2ooNtAWXODWGJNnh5XvqnBwmmCllNdG3tW4Ahh5znU59jN0-okE2TIXVwRntm9TjOPwyJ9bB-My_uBFHydaCrigdVOJrMgC6yc66QaAk/w404-h404/conversaciones-con-teddy-bautista.jpg" width="404" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><p class="MsoNormal">Para los que ya tenemos una
cierta edad, Teddy Bautista fue alguien que aparecía y desaparecía puntualmente
de la escena. En mi niñez él era a Los Canarios lo que Mike Kennedy a Los
Bravos, y cantaba en inglés canciones que no entendíamos pero que no
parábamos de cantar, a nuestra manera. Después nos enteramos de que Canarios –
entonces se llamaban ya así – tenían un disco muy raro, con música electrónica y
préstamos de Vivaldi. Siendo nosotros adolescentes Bautista era Judas en
Jesucristo Superstar, un galimatías. Y andaba entre amigos con Aute en el
famoso disco doble. Finalmente, cuando nos salieron las primeras canas, Eduardo
Bautista fue el villano nacional, reo del delito de impedir que todo fuera
gratis. Esos episodios inconexos de nuestra memoria forman parte de la
trayectoria de un personaje singular, y Luis Lapuente, con su habilidad para
ponerse a la escucha y juntar las piezas que dan sentido a una historia, nos
lleva a descubrir la importancia de Teddy Bautista en la escena española, desde
su papel decisivo en la importación del soul a mediados de los años sesenta, su
inquietud por los avances tecnológicos incorporados a la música, su olfato para
subirse al barco de legendarias producciones musicales foráneas como The Rocky
Horror Show o Jesus Christ Superstar, hasta su empeño en modernizar la sociedad
de autores y defender el derecho de los artistas a percibir los frutos de sus
obras. El formato de preguntas y respuestas es una excusa para dejar que
Bautista entre en una narración en primera persona, tal es así que parece que
estemos viajando con él en el tiempo a su casa de Las Palmas de Gran Canaria, o
que en su estudio nos movamos entre sus exclusivísimos sintetizadores. El libro
dedica un espacio necesario a restaurar la imagen dañada de Teddy
Bautista, ese hombre culto y sensible, pasional, avanzado a su tiempo, que vivió la sombra de la cárcel y el desprestigio público, a merced de fuerzas poderosas
contra las que es difícil salir ileso. Lapuente le brinda generosamente las
páginas de su libro, porque nadie más lo hizo cuando tocaba hacerlo. <o:p></o:p></p></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div style="text-align: left;"><br /></div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-5826191818641751272023-04-15T13:35:00.005+02:002023-04-15T13:54:07.829+02:00Good Pop, Bad Pop<div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">GOOD POP, BAD POP. AN INVENTORY BY JARVIS COCKER. </span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">Penguin Random House. 2022. 361 págs.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDD9U9OiJwjlUeS7AGdcUzZtsjMQQ5P4MkbHlGeG1kquSB8fimKsvq95sM0CnQCTS-R2hzPu5HnPwd4B-n0pHWmk-RF32g2ihAtyZfecAfilOgQkCz3Rzb27Vtn-FlHpzixZKA3LIiixURvyx1ub_7WS1MMyoIpOMmq3kjHSrLY1dypaUDY5KZgudmYg/s3049/IMG_20230415_135130__01__01.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3049" data-original-width="2047" height="415" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDD9U9OiJwjlUeS7AGdcUzZtsjMQQ5P4MkbHlGeG1kquSB8fimKsvq95sM0CnQCTS-R2hzPu5HnPwd4B-n0pHWmk-RF32g2ihAtyZfecAfilOgQkCz3Rzb27Vtn-FlHpzixZKA3LIiixURvyx1ub_7WS1MMyoIpOMmq3kjHSrLY1dypaUDY5KZgudmYg/w279-h415/IMG_20230415_135130__01__01.jpg" width="279" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;">David Bowie y Bob Dylan sorprendieron una vez más al mundo revelando sus ordenadas y apabullantes colecciones personales, uno a través de su exposición "David Bowie Is", el otro mediante su museo en Tulsa. Rastrear sus vidas y obras no solo a través de ingente material sonoro, también en sus objetos personales, acrecentó su estatura. Jarvis Cocker es, ya se sabe, un tipo poco propenso al orden, y de eso dieron fe quienes convivieron con él en los años de Pulp (véase <b>"Calles que fueron nuestras"</b>, Sílex 2019, <a href="https://callesquefueronnuestras.blogspot.com/">https://callesquefueronnuestras.blogspot.com/</a>). Poco podíamos esperar entonces, y menos cuando a lo que se dedica en este libro es a vaciar un trastero en el que tenía olvidadas cosas desde años atrás, testigos mudos que datan desde los tiempos de su niñez. Cocker nos invita a examinar el contenido caótico que va apareciendo ante sus ojos y a compartir con él la decisión de conservar cada objeto o tirarlo a la basura. Bolsas de establecimientos comerciales, juguetes baratos, ropa de mercadillo, pastillas de jabón, chicles, tarros de salsa, gafas rotas, y un largo etcétera en el que entran algunos instrumentos musicales y cuadernos de apuntes. Lo que parece un vaciado sin mayor interés va convirtiéndose en una exploración amena por la ciudad de Sheffield hace medio siglo y por la infancia y juventud del protagonista del inventario. Pulp aparece en todo momento, no hay que olvidar que el proyecto nace en la mente de Jarvis Cocker en sus años escolares, y se materializa antes de abandonar el colegio. Ahí están, por tanto, los materiales del primer Pulp, un experimento bastante cutre, tanto que despierta una sonrisa. A partir de ahí desaparecen los límites, hay buen pop y pop malo, y Cocker aspira a lo sublime. Su análisis sobre la creación artística es certero, con las palabras justas y un británico sentido del humor que siempre se agradece. A lo largo del libro, cuidadosamente ilustrado con fotografías que revelan un universo personal que explosiona en los años 90 en un fogonazo que ilumina los cielos de la música, este conjunto desordenado de materia es el auténtico polvo de estrellas, en él están todos los elementos químicos que dieron lugar a la vida de Pulp. En la última página Jarvis revela que su número es cuarenta, y nos invita a descubrirlos, porque con ellos se escribieron canciones memorables, algunas de ellas inmortales. Hay, pues, una segunda lectura de "Good Pop, Bad Pop".</div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-23443174140967065812023-03-17T20:35:00.000+01:002023-03-17T20:35:12.634+01:00Todo lo que importa sucede en las canciones<div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">TODO LO QUE IMPORTA SUCEDE EN LAS CANCIONES. Fernando Navarro.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">Pepitas de Calabaza. 2022. 242 págs.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf2xW8HDP2yVPm_DivVpjWQMBIcHi2N80tHBj9IpenQRd7ag-0Iym1Upqk2vHmpGQO2jdHw5_mQlqDI-OwrUPFZucAtwbmLR9s-yrAid7YBcxyVhpKHasUxXEnOKPZsLu96wAs-dRHfo74mPxkYNKk5O4uuHV1nxB49q6B0U8gxYwnD0VurGMiNVOhiQ/s784/9788412434569.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="784" data-original-width="552" height="407" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf2xW8HDP2yVPm_DivVpjWQMBIcHi2N80tHBj9IpenQRd7ag-0Iym1Upqk2vHmpGQO2jdHw5_mQlqDI-OwrUPFZucAtwbmLR9s-yrAid7YBcxyVhpKHasUxXEnOKPZsLu96wAs-dRHfo74mPxkYNKk5O4uuHV1nxB49q6B0U8gxYwnD0VurGMiNVOhiQ/w286-h407/9788412434569.jpg" width="286" /></a></div><div><br /></div><div style="text-align: justify;">Fernando Navarro pertenece a esa raza de periodistas musicales que no solo conocen y aman su trabajo, sino que además escriben muy bien. En sus artículos en prensa lo literario embellece el mensaje y lleva al lector más allá del dato o la crónica. En alguien como él dar el salto a la novela es normal. Ya lo hizo hace casi una década, con "Martha. Música para el recuerdo", en la que una cinta de casete y una canción eran el punto de partida. Con su segunda novela, "Todo lo que importa sucede en las canciones", la música habita en el personaje protagonista, las canciones son su refugio pero también le explican a sí mismo quién es, determinan inconscientemente sus actos, son parte importante de su visión del mundo y de su relación con los demás. Por medio de ellas se justifica y también con ellas se mira en el espejo del fracaso. En ellas encuentra un motivo para salir adelante. Navarro crea un relato en el que la crisis personal del protagonista trae a escena a personajes de su realidad cercana: la mujer de la que se acaba de separar, su hijo pequeño, la muchacha con la que intenta una relación, y su madre fallecida, viva en el recuerdo. Pero también aparecen en las páginas del libro otros personajes no menos reales y quién sabe hasta qué punto tan cercanos: son Bob Dylan - él, siempre él -, Bruce Springsteen, Tom Petty, Lucinda Williams, Patti Smith, Neil Young... hasta un total de catorce entran y salen de la historia, hablándole desde sus canciones. Sientes que alguna vez te han hablado también a ti, o que en algún momento lo harán, porque todo o al menos mucho de lo que importa está escrito en las canciones. Fernando Navarro navega en estas páginas entre dos aguas, la de la divulgación musical desde la erudición, y la de la narración de una historia cotidiana, vivida en las calles de Madrid, contada desde la emoción de la música. Al final, para el protagonista, periodista musical, todo es lo mismo. Y la hierática psicóloga a la que visita tal vez no lo entienda, pero tú, lector, apuesto a que sí.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-48921415774609247362023-01-31T10:07:00.001+01:002023-08-01T10:16:49.477+02:00Filosofía de la canción moderna<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #0b5394;">FILOSOFÍA DE LA CANCIÓN MODERNA. BOB DYLAN.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #0b5394;">Anagrama. 2022. 340 págs.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFnYJioxjBa63dAc7lv03sOcjb185uAQrJLvE13Yy8GtM6aJr_NDyXqdwAMPve0M2xkSat1LJBeszytNj--p8-vKZbmwBUmBvUF76oef78sb1qgq2cW8EmzJ5ZJeNXRIjytWe9MYd6FPJPuixThELVwI005p8gqEe9BkxsAa9QhBzqkZOMYCkTk57GZcVm/s800/Bob-Dylan.-La-filosofia-de-la-cancion-moderna-libro-review-resena.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="664" height="377" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFnYJioxjBa63dAc7lv03sOcjb185uAQrJLvE13Yy8GtM6aJr_NDyXqdwAMPve0M2xkSat1LJBeszytNj--p8-vKZbmwBUmBvUF76oef78sb1qgq2cW8EmzJ5ZJeNXRIjytWe9MYd6FPJPuixThELVwI005p8gqEe9BkxsAa9QhBzqkZOMYCkTk57GZcVm/w313-h377/Bob-Dylan.-La-filosofia-de-la-cancion-moderna-libro-review-resena.jpg" width="313" /></a></div>Bob Dylan escribió en 1965 <i>Tarántula</i>,
un experimento de prosa poética en forma de flujo de conciencia. En el año 2004
se publicó <i>Crónicas. Volumen I</i>,
narración autobiográfica centrada en solo tres años de su vida y carrera
artística. Del primero dijo que no tenía la intención de escribirlo como tal
libro; del segundo, que se le fue de las manos la redacción de notas para la
reedición de tres de sus discos. Sus dos obras publicadas no le habrían servido
para merecer el Nobel de literatura. Fueron sus canciones, los más de seis
centenares que había escrito, las que le valieron en 2016 el galardón por haber
creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción
americana. Eso dijeron los académicos. Ahora Dylan cierra el círculo publicando
un libro, <i>Filosofía de la canción moderna</i>,
que habla de canciones, las canciones de otros. Lo ha ido escribiendo a lo
largo de más de diez años, en las pausas de su gira interminable, la conocida
como <i>Never Ending Tour</i>, que le lleva
por todo el mundo, cerca de tu casa también alguna vez. Dylan deleita en sus
páginas como solo un gran escritor puede hacer. Cuando comenta las canciones
escuchas su propia voz, la del poeta, la del narrador, y asistes con él a una
inesperada lección de Historia y a una reflexión distante sobre el mundo
contemporáneo.</div><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Este libro puede no gustarte. No está escrito con la intención de que te
guste. Puede que no compartas su planteamiento. Este libro te engaña desde el
título. Mirando el índice intuyes que tu concepto de canción moderna no es el
mismo que el suyo. Empiezas a leerlo y te cuestionas qué tiene que ver la
filosofía con todo esto. Creías que ibas a encontrar la clave secreta para
descifrar las canciones y te sientes decepcionado. Dylan te la ha jugado una
vez más y no sé de qué te extrañas, lleva haciéndolo desde siempre, puede ser
que tú ni siquiera hubieras nacido cuando él empezó este juego. Este libro no
está hecho para que te quites el sombrero y sin embargo deberías hacerlo. Es
más, si no tienes sombreros en tu armario deberías salir ya a comprar uno para
poder descubrirte una vez más ante el Maestro. Aunque Dylan sea un pozo de
conocimiento del que no se ve el fondo, este es el libro de un Nobel de
literatura, no el de un crítico musical, no el de un musicólogo. Hay que
disfrutarlo así. No busques ciencia, no busques fórmulas ni recetas. Dylan está
hablando del mundo tal como lo conoce, de cómo era y cómo es. Está hablando de
sí mismo fingiendo que habla de otros. En realidad no finge, eso a él no le
importa. Está viviendo en las vidas de otros y en las canciones de otros,
porque las suyas no le sirven para encontrar la verdad. Sus canciones dejaron
de ser suyas, escapan de él cada vez que las graba o las interpreta de un modo
distinto. Las escribe y las canta y desde ese momento pasan a ser nuestras. Nos
llevan a algún lugar. Este libro habla de canciones ajenas que le hablan a él,
que son suyas precisamente porque las escribieron otros. Puede que para ti no
signifiquen nada. Para él son importantes. Esas canciones, lo que dicen, o lo
que le dicen, ocupan un lugar en su vida y en su visión del mundo. Si te
importa Dylan, y creo que así es porque estás leyendo esto que escribo,
entonces estas canciones y este libro deberían importarte también.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Cuatro de cada diez canciones seleccionadas están fechadas en los años 50,
y una mínima parte sobrepasan la década de los 60. Incluso de estas últimas, la
fecha es puramente circunstancial en la mayoría. ¿Se puede llamar “modernas” a
canciones que superan ampliamente el medio siglo de vida? Hay quien cree que
no. Todo es relativo. Si el término de comparación es “Chicken Teriyaki”
indudablemente no. Si lo son las canciones de marineros del siglo XVIII, la
respuesta es otra. Saltemos pues la primera trampa del título y sigamos
adelante, en un bosque lleno de árboles ancianos. Dylan se siente a gusto en
él. Cuanto más avanzaba en su carrera artística, más se afirmaba en la tierra
que pisaba, en la tradición americana. Dylan, como todo buen árbol, ha hecho
frondosa su copa hundiendo sus raíces en lo profundo. Este libro es historia de
los Estados Unidos. En sus páginas hay un tratado de amor y de respeto a su
cultura y a sus contradicciones. Dylan, en la gira británica de 1966, exhibía
una enorme bandera de las barras y estrellas en el escenario. ¡Esto es música
americana!, se le oyó gritar. Ha pasado mucha agua bajo el puente, y en la
memoria del trovador hay imágenes de la vieja América que nunca se borrarán.
Esa vieja América en la que él se crio, que entonces era nueva, y en la que se
desarrollaba un nuevo lenguaje. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Auabap-alubap-auap-bambum.</i>
Little Richard. “Tutti Frutti”. Un lenguaje musical desconocido, que grita
cosas sin sentido aparente, y que escribe historias en las que el significado
se retuerce. Little Richard es el maestro del doble sentido, dice Dylan, y se
pregunta si Elvis sabía que esa canción hablaba de lo que hablaba: todas las
frutas, hombres, mujeres, travestis, en el banquete del sexo. Dylan, a lo largo
de este libro, nos va a narrar a su manera lo que dicen las canciones que ha
elegido. A veces nos va a ayudar a encontrar su sentido, su historia. En “Come
On-A My House”, de Rosemary Clooney, nos invita a distinguir entre lo que va a
suceder y lo que podría suceder, nos descubre una canción ominosa disfrazada de
éxito pop despreocupado. Otras veces se va a ir Dylan mucho más allá, va a
tomar unos pocos versos y construir con ellos un relato de varias páginas. Tal
vez su imaginación vaya más lejos de lo que el autor de la canción pretendía,
pero, ya sabes, no importa de dónde viene una canción sino a dónde te lleva.
Dylan disfruta con esas relecturas y se le nota. Cuando nos habla de “El Paso”,
que Marty Robbins escribió y grabó en 1959, se sumerge en el arte de encontrar
significados, lecturas distintas. Esta es la balada de un alma atormentada, nos
dice, esta es una canción de post-resurrección y sobrevuela tu cabeza. Dylan
revisita el argumento y lo lleva a donde a él le lleva, y te advierte que
cualquier aproximación es válida: uno puede ver la canción como el tierno
lamento de un vaquero errante que muere por una bailarina a la que apenas
conoce, o no. Una canción siempre está abierta, es algo que desde antiguo nos
ha enseñado. En “Gypsies, Tramps & Thieves”, de Cher, se da a recrear la
vida de los feriantes y a señalar lo que hay detrás, y su acercamiento a
“Midnight Rider”, de los Allman Brothers, supone una prodigiosa reinvención del
jinete nocturno a partir de nada. Creación pura. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">De la mano de Dylan vemos la América de los drugstores y de las ciudades,
la de los vagabundos y los inadaptados, la de los neones y la de los espacios
abiertos, la de las pistas de baile y la de los cines. La América con un
revolver al cinto, y la de los zapatos de gamuza azul. Si no sabes la
importancia de los zapatos, él te lo explicará, a cuenta de la canción de Carl
Perkins. Veremos también la sombra de Vietnam y la América que en los sesenta
soñó otra América. Es un fresco que se compone de pequeñas piezas, diseminadas
aquí y allá. Solo tienes que juntarlas. Dylan nunca te lo pone fácil, nunca te
invita a seguirle, pero sonríe sin que lo veas cuando sabe que estás ahí, que
no te has ido. A veces Dylan rebusca en el cancionero europeo. Da la impresión
de que se obliga. Pasa por alto a los Rolling Stones, a los Beatles, a los
Kinks. Curioso para alguien que ha declarado rotundamente que los de Jagger y
Richards son la mejor banda de la historia. Aflora el desapego hacia el
cuarteto de Liverpool cuando los cita como banda sonora de las niñatas y
colegialas, histeria de quinceañeras que está fuera de lugar en el Londres de
The Clash, de quienes se detiene en su inevitable “London Calling”. ¿Acaso el
viejo Bob que confraternizó con los Beatles no es ya el mismo? Sin duda. El
viejo Bob no es Bobby Dylan nunca más. Le echa una mirada a “My Generation” y
nos lee el reverso de la canción de The Who, lo que no dice Pete Townshend, que
todos despotricamos de la generación anterior pero sabemos que solo es cuestión
de tiempo que nos convirtamos en ellos. Suena a condescendencia,
inevitablemente. La vieja Europa es un patio de colegio para él. Chicos majos
los Clash. Pero Stephane Grappelli palidece si lo pones al lado de Louis
Armstrong. Lo menciona de pasada hablando de cine norteamericano cuando comenta
“Saturday Night at the Movies”, de The Drifters. Europa además es babélica,
habla lenguas extrañas. Al menos resulta gracioso escuchar una canción en un
idioma que no entiendes. Tiene un efecto liberador. Eso le sucede con “Volare
(Nel blue, dipinto di blu)”, pero indaga en la letra y nos apunta que puede que
esta sea una de las primeras canciones psicodélicas, anticipándose a “White
Rabbit” de Jefferson Airplane. Dylan seguramente ignora que toda una generación
en España crecimos sin entender lo que él decía en sus letras. Eso que le
pasaba a él con la canción de Domenico Modugno nos pasaba a nosotros con las
suyas. Reconforta reconocernos en lo que cuenta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Este es un libro a contracorriente y sus protagonistas a menudo lo son
también. Sinatra fue contra el mundo cuando grabó “Strangers in the Night” en
1966 y con ella hizo frente a la invasión británica. Hoy eso no habría
sucedido, se queja Dylan, todo está estratificado, cada canción tiene su nicho.
Nuestro mundo es estrecho y en las plataformas musicales alguien decide por ti
lo que quieres escuchar. Como Dylan es capaz de hablar de lo que se proponga, lo
ilustra con la falsa historia de los lemmings suicidas, con ocasión de comentar
“Waist Deep in the Big Muddy”, grabada por Pete Seeger en 1967. Ir contra todo
es arriesgado, la industria siempre gana, y pone el ejemplo de Elvis Presley,
enterrado en vida en Las Vegas y cantando precisamente eso, “Viva Las Vegas”. Dylan
ha vivido mucho y no solo porque los ochenta años ya los cumplió. Por eso, este
libro es también enseñanza. La guerra actual no es la primera, nos lo recuerda,
entre la erudición y el discurso, con “War”, de Edwin Starr, y en todas las
guerras los vencedores escriben la historia. Dylan está del lado de los
perdedores. John Trudell, indio de la tribu santee dakota, autor de “Doesn’t
Hurt Anymore”, es uno de ellos. Su vida fue trágica, su canción te arrancará el
corazón. Dylan te explica que la razón de su música es que transmite una
antigua sabiduría. Bobby Darin es otro perdedor. Realmente es un no triunfador,
pero en la cultura estadounidense ambas cosas son equivalentes. Enternece cómo
lo recuerda Dylan, cómo lo opone a Sinatra. “Mack the Knife” es la canción que
los une. La interpretación de Darin es tan buena como la mejor, pero el mundo
solo podía admitir a un Sinatra, nadie podía seguir su camino. Los perdedores
están por todas partes en las canciones de este libro, y los marginados, y los
que voluntariamente se sitúan al margen de la sociedad. Están en “Willy the
Wandering, the Gipsy and Me”, de Billy Joe Shaver, una canción que Dylan define
como un acertijo, que resulta más extraña cuanto más entras en ella; en “Jesse
James”, de Harry McClintock; en “Pancho and Lefty”, escrita por Townes van
Zandt, que le sirve para apuntar que escribir canciones se basa en buena medida
en reducir los pensamientos a su esencia. Perdedor es también el protagonista
de “Detroit City”, escrita por Danny Dill y Mel Tillis, y cantada por Bobby
Bare, con cuya propia historia personal podría identificarse. Dylan reflexiona:
“¿Qué nos lleva a pensar, cuando una canción entra en modo narrativo, que de
pronto el cantante nos está contando la verdad?”<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Este libro habla de eso, de algo misterioso que encierran las canciones.
Filosofía, según reza el título. O lo que hace que una canción te atrape al
paso, e incluso se quede a vivir contigo. “Your Cheatin’ Heart”, de Hank
Williams. Para Dylan, la simplicidad de esta canción es la clave, no como hoy
en día, en que todo va lleno, es recargado, sofisticado en exceso. Eso y el
modo en que la canta Hank, no dejándose arrastrar por la banda. En “It’s All in
the Game”, cantada por Tommy Edwards, encuentra la clave en los arreglos, que
hacen que puedas bailarla lenta o como un swing. La paradoja es que en los años
50 no se acreditaba a los arreglistas, no sabemos quiénes son. Hoy ya no se
hacen arreglos así, en los que nada estorba, advierte Dylan. Escribir una
canción no es escribir, es, valga la obviedad, escribir una canción. No puedes
hacerlo como si escribieras una novela o una carta. La canción tiene sus
licencias. “Keep My Skillet Good and Greasy”, de Uncle Dave Macon, es el
ejemplo para el que Dylan se remonta hasta 1924. Esa canción funciona porque repite
la palabra <i style="mso-bidi-font-style: normal;">time</i>. Nadie habla así, es
la diferencia entre hablar y cantar. Dylan nos hace notar que no decimos a
nadie cosas como “ven aquí, aquí, aquí”, pero sí lo podemos cantar. ¿Qué
podemos decir de “Blue Moon”, de su magia? Su atractivo, según Dylan, está en
su misterio, en su melodía salida de ninguna parte, en el modo en que un objeto
inanimado, la luna, cobra en ella vida propia. La sencillez de la letra la hace
universal, aunque Dylan elige la versión de Dean Martin. Se filtra su devoción
por Dino, el libertino adorable, el seductor borrachín. A Dylan, cuando habla
de algunos cantantes, de algunos músicos, se le transparenta su aprecio. Por
los Grateful Dead, de los que comenta “Truckin’”, es pasión. Para él no son una
banda de rock al uso, son una orquesta de baile. Los conoció bien, compartió
con ellos una gira que marcó su carrera. Tras ella vino la gira interminable,
el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Never Ending Tour</i>, décadas en la
carretera. En este libro no escasean las canciones que hacen de la carretera su
asunto: la propia “Truckin’”, una canción que transcurre en la misma calle de
muchas ciudades; “On the Road Again”, de Willie Nelson, un retrato del músico
en marcha; la ya citada “Keep My Skillet Good and Greasy”, de la que señala que
es una guía espiritual y hará las veces de intérprete en tierras extrañas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Dylan encuentra pepitas de oro donde nosotros no las habríamos visto.
“I’ve Always Been Crazy”, de Waylon Jennings, le sirve para teorizar sobre la
canción como terapia: si tienes una historia sórdida que contar, es mejor que
la compartas con el público. Tiene un hambre insaciable de historias y te paga
por oírlas. ¿Para qué pagar a un psicoanalista entonces? Tal vez algunas veces
el público no entienda el mensaje, pero Dylan nos recuerda al hablar de “Don’t
Let Me Be Misunderstood”, en versión de Nina Simone, que las canciones y el
arte en general no buscan ser comprendidos. No se gana nada entendiendo la
sonrisa de la Mona Lisa, dice. El último capítulo de los 66 lo dedica a “Where
or When”, compuesta por Rodgers y Hart, y finaliza con estas palabras: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“La música trasciende el tiempo al vivir en
él, al igual que la reencarnación nos permite trascender la vida al revivirla
una y otra vez”</i>. Este es un libro para leer despacio, se lleva muy mal con
las prisas. Necesitas saborearlo, reposarlo, tener el lápiz a mano, escuchar
las canciones, leer las letras. Si lo lees deprisa no encontrarás su alma,
creerás que es un fraude. Pero su autor ha sembrado en él docenas de pistas
para que averigües por ti mismo qué es lo que él llama la “filosofía” de las
canciones. Modernas o no, eso es lo de menos. Y tampoco importa demasiado si no
consigues averiguarlo: Bob Dylan ha narrado a su manera varias docenas de
historias que otros escribieron para sus propias canciones, y al hacerlo ha
escrito páginas admirables. Como Walt Whitman, Dylan contiene multitudes, y su
legado no deja de crecer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">(Publicado originalmente en el Diario INFORMACIÓN de Alicante, el día
29/01/2023, con el título “La gramola de Dylan”)<o:p></o:p></span></p><br />Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-15058382358014619422023-01-25T13:27:00.002+01:002023-01-25T13:30:32.518+01:00Pájaro. De Santa Leone al Gran Poder.<div style="text-align: left;"><span style="color: #6fa8dc;">PÁJARO. DE SANTA LEONE AL GRAN PODER. Alfred Crespo.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #6fa8dc;">66 rpm ediciones. 2022. 152 págs.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #6fa8dc;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwtvHtPbe-PRfRFyT9ZwBpCHVOVRFM24wS3wUa6mphbEKin1QT1AZDnPyIpy-ivMZRVP9oSiaOuYl1OrwQZ84UAncfbHrtQReEtXZq9dQabJWW94YQdA1eLi4RG_JiAguTJatywvo0yhpz7jqb7uZnSv5fZKaTnBO-lFDbKKBVBvuLtnMsBz7LwLZyNA/s683/978849497398.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="683" data-original-width="485" height="401" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwtvHtPbe-PRfRFyT9ZwBpCHVOVRFM24wS3wUa6mphbEKin1QT1AZDnPyIpy-ivMZRVP9oSiaOuYl1OrwQZ84UAncfbHrtQReEtXZq9dQabJWW94YQdA1eLi4RG_JiAguTJatywvo0yhpz7jqb7uZnSv5fZKaTnBO-lFDbKKBVBvuLtnMsBz7LwLZyNA/w284-h401/978849497398.jpg" width="284" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">De Alfred Crespo sabemos que
escribe de manera natural con las palabras justas, medidas, en su sitio. A
Crespo lo lees de corrido, porque el narrador que es engulle al crítico musical
y en su escritura nada sobra y nada falta. Con este libro, en el que hace
hablar a los protagonistas, se pasa al otro lado de la mesa, y su voz es la de
ellos. Ellos son Andrés Herrera “Pájaro” y Raúl Fernández, héroes de una
historia a la que se suman muchas más voces, todas importantes. El título
elegido, que es el mismo que el del concierto de aniversario de 2021, parece
indicar un camino hasta el Olimpo de la música. Nada más cierto, por desgracia.
Pájaro y el Raulito todavía andan preguntándose qué les falta para estar en la
cumbre, por qué los críticos les ensalzan, su público les adora y sin embargo
siguen viajando en coche por las carreteras de España, vendiendo discos en los
conciertos y mirando al céntimo el presupuesto. Crespo traza con maestría el
camino desde Parque Alcosa, el barrio sevillano en el que se criaron, y señala
las estaciones de ese viacrucis en el que debutan la droga y el desorden vital,
se aparece el mesías en la persona del gran Silvio Fernández Melgarejo, suben a
la barca de los legendarios Triana comandados por un Tele Palacios en fase de delirio
terrenal, y escriben los evangelios del rock cofrade en el santuario de Happy
Place, el estudio en el que graban sus tres obras maestras. Todo está descrito
hábilmente, confrontando a unos y otros en un ejercicio colectivo de confesión
de los pecados y memoria de lo vivido. De ahí nace una historia compartida con
intensidad, nocturna y resacosa, de abrazos y hastíos, de broncas y amores
fraternos, una historia que alimenta canciones incomparables y una leyenda, la
del Pájaro, Andrés Herrera, de la que ya Carlos Zanón en su prólogo da la
medida.</div><div style="text-align: left;"><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p></div><div style="text-align: left;"><br /></div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-4580004182626816812023-01-07T14:48:00.003+01:002023-01-08T09:27:58.284+01:00Al Compás del Vudú<div style="text-align: left;"><span style="color: #0b5394;">AL COMPÁS DEL VUDÚ (religión, represión y música). Héctor Martínez González.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #0b5394;">Allanamiento de Mirada. 2022. 336 págs.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguIYt3-dTWerYQ5FwiNXYPyWcBJo4nWp5oe6Fvxhf4hDwMaCcgewKKy8UPN2szcrjdkASM7Q8febzdTDkcbKmHJnirYGeQOGIJX50Gs9kUaR7yK9iPaYUmUn8HnU4_8xsELq8HiYDavWsDLzyuqbEDKrLqH_4B4uzcwl2Rq-KRgiBxdONmRUS5AMAVvA/s949/618ismr5vNL.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="949" data-original-width="700" height="392" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguIYt3-dTWerYQ5FwiNXYPyWcBJo4nWp5oe6Fvxhf4hDwMaCcgewKKy8UPN2szcrjdkASM7Q8febzdTDkcbKmHJnirYGeQOGIJX50Gs9kUaR7yK9iPaYUmUn8HnU4_8xsELq8HiYDavWsDLzyuqbEDKrLqH_4B4uzcwl2Rq-KRgiBxdONmRUS5AMAVvA/w289-h392/618ismr5vNL.jpg" width="289" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">Este es un libro de Historia, nadie se engañe. Es una obra que escapa al concepto de libros sobre música. Sin embargo la música lo atraviesa. Aunque no se hable de música durante muchas páginas la sientes. Está ahí. A veces aflora, como en los bailes de los negros en Congo Square los domingos y festivos, para desaparecer a continuación. Así sucede durante un buen número de capítulos, hasta que finalmente el libro desemboca en el jazz y el blues y la música cajún y el zydeco. Tenía que suceder porque no se entiende Nueva Orleans ni la Luisiana sin sus músicas, sin el peculiar mestizaje de ritmos africanos y melodías europeas. Para llegar allí el autor, historiador, traza un ameno y documentado recorrido por el período colonial en que el Estado sureño perteneció a la Corona española, apenas cuatro décadas. Importante período en muchos aspectos. En lo musical porque dio lugar a la impronta hispana, el "spanish tinge". En lo sociocultural fue más importante aún, porque la población negra se benefició de un régimen mucho menos severo que durante los años de dominación francesa y anglosajona, con la consiguiente permisividad respecto del mantenimiento de su ritos religiosos. La conexión entre la religión vudú y la música ocupa la parte final del libro de Héctor Martínez, y allí aparecen conceptos tan peculiares como el "mojo", los "gris-gris", el "hoodoo" y tantos otros presentes en el día a día del Caribe, cuyo sentido trasciende a la superstición para configurar una cultura propia, de la que Nueva Orleans es el máximo exponente. Se completa la cuidada edición de la granadina Allanamiento de Mirada con dos discos que recopilan, con excelente calidad sonora, medio centenar de grabaciones de canciones o piezas musicales que resuenan con lo narrado, algunas con casi un siglo a sus espaldas. Están todos los que esperas encontrar allí: Louis Armstrong, Professor Longhair, Dr. John y muchos más, en una larga lista que abarca desde Debussy a Jimi Hendrix, puntualmente comentada en el apéndice del libro.</div></div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-2238810384787926802022-10-19T13:54:00.000+02:002022-10-19T13:54:12.923+02:00Siluetas y Sombras<div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">SILUETAS Y SOMBRAS. DAVID BOWIE. Juan J. Vicedo</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">Sílex, 2021. 404 págs.</span></div><div style="text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBlvEuVZc7VVai3f7cIUMaXVfnoiqPdqZcvLGsuoJzyiFR8oyOjrt9JowiBV7ZE5zn_ZKgKONv-78iRncXKzD9_WjJzwWowCeUmfPSRs07khqGMj4dXtS-CzbJQiASysavl4GlPKtBPB1sIOZqzAnEnvS5r5MpbDqS10wDM1qHUmwk0u-NooXghR11pg/s680/blog%20libro.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="680" data-original-width="514" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBlvEuVZc7VVai3f7cIUMaXVfnoiqPdqZcvLGsuoJzyiFR8oyOjrt9JowiBV7ZE5zn_ZKgKONv-78iRncXKzD9_WjJzwWowCeUmfPSRs07khqGMj4dXtS-CzbJQiASysavl4GlPKtBPB1sIOZqzAnEnvS5r5MpbDqS10wDM1qHUmwk0u-NooXghR11pg/s320/blog%20libro.jpg" width="242" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;">Un año después de su publicación, y de que Rafa Cervera (autor del prólogo) comentara que "nunca nadie ha escrito así sobre Bowie" y Javier de Diego (autor del epílogo) avisara que "se hablará mucho de este libro", esto es lo que se ha dicho de él: "Tan impecable que solo puede calificarse de alta literatura pop" (Carlos Pérez de Ziriza, Mondo Sonoro). "Imprescindible. Cuenta todo lo que hay que contar sobre Bowie y de una manera mucho más amena y original" (Luis Lapuente, Ultrasónicos, Radio 3). "De uno de los autores más singulares del panorama literario español, sobrepasa por los cuatro costados el mero texto biográfico" (Alfred Crespo, Ruta 66). "Obra distinta, muy personal, cuyas páginas aspiran a emocionar" (Fernando Navarro, El País). "Adictivo, atrapa desde el primer instante, sobre todo porque está endiabladamente bien escrito. Y eso marca la diferencia" (Federico Navarro, Popular 1). "El lector que penetra en las entrañas de este libro sale de él transfigurado. Una experiencia pregnante" (Álvaro Alonso, ABC). "Narrado con tal fuerza que el lector piensa que realmente está compartiendo momentos íntimos del biografiado" (Miguel López, Dirty Rock Magazine). Carlos Pérez de Ziriza abunda en esta observación: "Vibrante pulso narrativo" (Lletraferit) y "Nos hace sentir ahí mismo, donde se coció todo" (¡Mússica!). "Escritura de alto octanaje literario y estructuración moderna. Consigue atrapar al lector y de manera magistral enmascarar las toneladas de trabajo de documentación" (Òscar L. Gª de Baquedano, This Is Rock). "Es una caja llena de música, la música literaria de los ensayos escritos con arte, pasión y sabiduría amable" (J.L. Ibáñez Salas, Nueva Tribuna). "Sugestiva travesía narrativa" (Miquel Queralt, Indienauta). "El más original y probablemente el mejor libro que se ha escrito sobre David Bowie en castellano" (Txema Mañeru, Rock Bottom Magazine). "Podríamos preguntarnos: ¿hacía falta un nuevo libro sobre Bowie?. Tras leer el libro de Vicedo la respuesta es: desde luego que sí" (Salvador Perpiñá, La estación de Perpiñá). "Uno de los libros musicales que más nos ha impactado en los últimos años" (Pepe Mármol, Discos Marcapasos). "No pensaba que nada me sorprendería a estas alturas sobre David Bowie. Altamente recomendable" (J.J. Mestre, Radio Enlace). "Minucioso ensayo que se lee con la avaricia con la que devoras una buena novela" (Begoña Tauler, blog de libros Érase que se era). "Hay que leerlo para empaparse de la historia de un gran artista" (José Pita, blog de música Jopita's Music). Y Esteban Leivas, autor del primer libro en español sobre David Bowie, de 1980, asevera: "Es un libro excelente, obra de autor, con imaginación y altura literaria. Tiene un largo recorrido".</div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-87392675305678992762022-08-03T13:28:00.006+02:002022-08-03T13:28:52.683+02:00Maneras de vivir<div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">MANERAS DE VIVIR. HISTORIAS DE ESPERANZA Y RESISTENCIA EN TIEMPOS DIFÍCILES.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">Fernando Navarro. 2021. Muddy Waters Books. 236 págs.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUZlHiBrnTFNUHAtUIxZA8NewIhDqFdYoTqPuoC_pCGW2v6aiLCijY5g5AvG5s6G6PNADv7pgCd8UhJSYlxrfU1luyCyNU6tiNyi1Lh9BH4_6f8dn3QIRrzvwtU6zn_SHUGT8Xg6eN67JH_1hamfOFCBljHuJ6XFkPqTTHu8svC4ONDQKFdUTa9-c63w/s499/512BGAOy9tL._SX383_BO1,204,203,200_.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="499" data-original-width="385" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUZlHiBrnTFNUHAtUIxZA8NewIhDqFdYoTqPuoC_pCGW2v6aiLCijY5g5AvG5s6G6PNADv7pgCd8UhJSYlxrfU1luyCyNU6tiNyi1Lh9BH4_6f8dn3QIRrzvwtU6zn_SHUGT8Xg6eN67JH_1hamfOFCBljHuJ6XFkPqTTHu8svC4ONDQKFdUTa9-c63w/s320/512BGAOy9tL._SX383_BO1,204,203,200_.jpg" width="247" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div><div style="text-align: justify;">La portada, en la que destaca el rótulo del veterano bar musical "La Vía Láctea", el título, referencia indiscutible a la canción de Rosendo, quien además firma un prólogo, y la condición de periodista musical del autor, pudieran hacer pensar que esas maneras de vivir son las de los músicos y que las historias de esperanza y resistencia que vamos a leer son las que ellos protagonizan. En sus páginas hay mucho más: bares, cines, teatros, salas, tablaos, tiendas de discos, librerías, un mapa por fuerza incompleto de la efervescencia cultural de una ciudad que se manifiesta en calles y barrios de esa inmensa tela de araña. El libro está compuesto principalmente por los reportajes breves que Navarro publicó en El País durante el estado de alarma, por lo que transmite una sensación de angustia e incertidumbre imposible de evitar. El futuro, en aquellos momentos, simplemente no existía. Esperanza y resistencia eran solo palabras y, aunque hoy la vida se parece suficientemente a la que conocimos antes del 14 de marzo de 2020, leyendo las historias que junta Navarro podemos volver a sentir como entonces el vacío, el miedo y la amenaza del fin de los tiempos. Hay anécdotas que expresan el absurdo, como la de la tienda de discos que vendía on line a clientes que vivían en la misma calle, un mundo de prisioneros que se comunicaban por mensajeros. Es el retrato de un Madrid vibrante que se había apagado de repente, de un tejido cultural, ya amenazado, que corría el riesgo de perderse. Navarro estaba haciendo crónica de un presente que solo vivía en el pasado, y no se sabía cuándo regresaría ni cómo. "Maneras de vivir" dibuja cierta geografía madrileña con trazo suelto y precisión, retrata con grises y negros el momento histórico y, con manifiesto espíritu combativo, se sitúa de frente a las políticas sociales, culturales y urbanísticas a las que responsabiliza de poner en riesgo ese Madrid que ama. Fernando Navarro escribe con orgullo nativo, ciudadano de una ciudad que acoge y adopta a quien se acerca a ella, a quien se queda a vivir. Ese Madrid por el que algunos volvemos una y otra vez, bajando en Atocha o en Chamartín, ese Madrid que tampoco nosotros queremos perder.</div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-20236280608537717812022-07-09T14:04:00.001+02:002022-07-09T14:04:13.706+02:00Love Song<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #3d85c6;">LOVE SONG. Carlos Zanón.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #3d85c6;">Salamandra. 2022. 349 págs.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhOCORFMMpWAZYPcrnB4-eXQ-_-uNWPDJd2Gzu3PNjxfk6GO6o9LP1LrrhHFj1Wwt0NvZPFHIpVj93xz_gBKe5a8DZ9Tdyk1snZJ2nKyjvr0l8dOTHYU0OfL7rwlVR8h_0xMINgiPBBz5VfLg6_rP5JcFfjsy7q7Rtl9-AHFNGujRYh5YaX0P9ZUwVzkQ" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="368" data-original-width="229" height="410" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhOCORFMMpWAZYPcrnB4-eXQ-_-uNWPDJd2Gzu3PNjxfk6GO6o9LP1LrrhHFj1Wwt0NvZPFHIpVj93xz_gBKe5a8DZ9Tdyk1snZJ2nKyjvr0l8dOTHYU0OfL7rwlVR8h_0xMINgiPBBz5VfLg6_rP5JcFfjsy7q7Rtl9-AHFNGujRYh5YaX0P9ZUwVzkQ=w254-h410" width="254" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">Llegar al último párrafo, cerrar el libro con la mirada puesta en la nada, sentir la necesidad de volver a leer esas frases que dan sentido a lo que has leído los días anteriores. El viaje ha terminado, has acompañado a los protagonistas por los campings de la costa, has conocido o creído conocer las motivaciones de cada uno de ellos, has dejado que se amaran más allá del rencor y les has amado tú también. Carlos Zanón es alguien que está allí, alguien que no solo ve los hechos sino las emociones y en esa privilegiada posición que es la periferia de la historia consigue que estés dentro de ella. No es fácil y menos lo es que no te des cuenta hasta que todo haya terminado. Pero Zanón es un maestro de la narrativa que te lleva de la mano por un territorio en el que el drama se hermana con la búsqueda de algo que está a caballo entre la nostalgia del pasado y la posibilidad del futuro, algo a lo que a veces llamamos felicidad. "Love Song" es el epílogo de unas vidas a las que hemos llegado tarde, pero que recuperamos en sus páginas, viajando en los recuerdos, descubriendo en los silencios lo que queda sin decir. Zanón puede ser coloquial o exquisito, juega con las palabras haciendo que todo encaje sutilmente, que te revuelques en el barro de una pelea o sientas la melancolía, te arroja a los brazos de una canción o te hace compañero de la enfermedad, vecino de la muerte. Hay muchas historias en el trayecto de tres músicos que hacen del verano un espacio de redención, tocando canciones que a menudo nadie escucha, pero que para ellos son importantes. Zanón tiene la capacidad de que algunas de esas historias tengan el perfil de la leyenda, o de la magia, o de lo mitológico, y nunca dejan de ser reales, descarnadamente terrenales, agujereadas por la violencia, los celos, el sexo o las adicciones, cosidas por el amor, la amistad y la derrota. Sus personajes han elegido esa vida, inseparable de la música. Quizá lo han hecho porque no tenían elección, como apunta Polidori, el conductor de la furgoneta, testigo de ese verano en el que todo se desmorona. Cierras el libro con la sensación de que volverás a él, que sentirás su llamada.</div><p></p>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-31681038443409176322022-06-22T12:19:00.003+02:002022-06-23T17:36:43.334+02:00Concierto para George<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #3d85c6;">CONCIERTO PARA GEORGE. CRÓNICA ÍNTIMA DEL ÚLTIMO MILAGRO BEATLE. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #3d85c6;">Nacho Para. Lenoir Ediciones. 2022. 186 págs.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #3d85c6;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-it16THdSJHvBiiwee1jBO0jh6FuDzp2uiNuuAREGJiokSeuqFCxgd4IdCmJpSX3yjOPaXdxF5OHN1-Z0HCutf2KXh2MuBYRXACsRLndeMpLj7pY-fCxMyjzzWO0KZTfUo_lhwTo0iSQAyeULTf6YgYupheQ-9aCbzEg_C0IfNoZBEQOaiiDnNHZiDQ/s500/concierto-para-george.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="343" height="416" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-it16THdSJHvBiiwee1jBO0jh6FuDzp2uiNuuAREGJiokSeuqFCxgd4IdCmJpSX3yjOPaXdxF5OHN1-Z0HCutf2KXh2MuBYRXACsRLndeMpLj7pY-fCxMyjzzWO0KZTfUo_lhwTo0iSQAyeULTf6YgYupheQ-9aCbzEg_C0IfNoZBEQOaiiDnNHZiDQ/w286-h416/concierto-para-george.jpg" width="286" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Es este un libro que su autor se debía desde el año 2002 y que nos debía a todos. Por fin, gracias a ese pescador de caña que es el editor Ángel Ardévol, y con la distancia que dan dos décadas, tenemos acceso a los recuerdos del periodista Nacho Para, que tuvo la suerte de estar presente en el homenaje a George Harrison, un año después de su muerte. Esta es, como bien indica el subtítulo, una aproximación personal, íntima dice, de quien se confiesa devoto de Harrison, y es de apreciar que lo sea, porque si no amas aquello de lo que escribes el resultado nunca puede ser el mismo, y seguramente será peor. Mas no se queda en su devoción Nacho Para, no se limita a relatar lo que vio y sintió como privilegiado espectador del concierto, también aporta convenientemente destilado lo que su oficio periodístico le permitió apresar en conversaciones con los músicos invitados, en el hotel en que se alojaban, en las entradas y salidas de los ensayos, entre bastidores del teatro. Una charla con Tom Petty, Coca Cola y cigarrillos de por medio, vale tanto para comprender el sentido de la celebración como lo vale la imagen solitaria de George Martin, el primero en llegar, sentado en su asiento de un Royal Albert Hall vacío. Percepción, intuición y profesionalidad, y altas dosis de conocimiento musical y de la historia de la música, son herramientas que Nacho Para utiliza junto con una fluidez narrativa que le lleva a enhebrar episodios lejanos entre sí en el tiempo, y de ese modo consigue ir mucho más allá de lo que podríamos imaginar que es este libro. No es solo una crónica de un concierto, es un viaje también por la biografía de Harrison, por su cualidad humana y por su legado personal. El protagonista no está pero está, no solo por su retrato que preside el escenario: Harrison seguía vivo en el amor y la amistad, valores que fueron para él irrenunciables. Hoy sigue entre nosotros, gracias a testimonios como el de Nacho Para, construido sabiamente con retales de docenas de pequeñas historias, mientras las canciones de toda una vida suenan en su mente y en la nuestra.</div><br /> <p></p>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-56599805651003104562022-05-09T12:00:00.002+02:002022-06-22T12:25:44.294+02:00Como una moto<p><span style="color: #3d85c6;">COMO UNA MOTO. LA VIDA GALOPANTE DE JOHN BELUSHI. Bob Woodward. Libros del Kultrum. 2022. 573 págs.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK6oWhshkRbJyEh17-rMAUKkF6CNHPXUYXjlgTz61o5ZQDMuWNP956KQyDT_FgH3IyqyS1SQTk9ENq00OgNxauHAZKAVOKRCOwToWaYTf3J7JxkYghsJCE6XCJu5Zjlm-igqZIgPR0WCrkmT4bpSN7qNlLkI2USqX0X74wr1VtdsNnS74zknAMVacqLQ/s384/Belushi.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="384" data-original-width="229" height="470" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiK6oWhshkRbJyEh17-rMAUKkF6CNHPXUYXjlgTz61o5ZQDMuWNP956KQyDT_FgH3IyqyS1SQTk9ENq00OgNxauHAZKAVOKRCOwToWaYTf3J7JxkYghsJCE6XCJu5Zjlm-igqZIgPR0WCrkmT4bpSN7qNlLkI2USqX0X74wr1VtdsNnS74zknAMVacqLQ/w280-h470/Belushi.jpg" width="280" /></a></div><p style="text-align: justify;">Bob Woodward ha pasado a la Historia del periodismo por la investigación que destapó el caso Watergate y forzó la dimisión de Nixon en 1974. Y con marcado sesgo detectivesco abordó en 1982 el encargo de indagar en la vida del actor y músico John Belushi y en cómo su estilo de vida le condujo inevitablemente a su temprana muerte. Woodward se entrevistó con más de dos centenares de personas, y todos parecen tener una memoria excepcional o llevar diarios de sus vidas, porque en el libro se recogen con todo detalle sus recuerdos de cada ocasión en la que se encontraron con el protagonista. Se levanta acta notarial de cada tiro de coca que entró por las fosas nasales de Belushi, se cifra en minutos exactos cada uno de sus numerosos retrasos con respecto a la hora fijada de un rodaje, una reunión o una cena, se contabilizan por su importe los numerosos sablazos de un adicto siempre necesitado de dinero en efectivo. A su viuda no le gustó el libro, que ella misma había animado a escribir. Es comprensible porque Woodward, a fuerza de acumular episodios cotidianos muchas veces indistinguibles unos de otros, y describirlos con ese obsesivo gusto norteamericano por los pormenores, hace de la vida de John Belushi una continua preocupación por proveerse de cocaína y eludir a los vigilantes contratados por iniciativa de su mujer y de los responsables de su carrera artística, mintiendo, engañando, implorando el perdón. "Como una moto" es la crónica de un fracaso artístico y personal, de una muerte anunciada, y como tal es un libro desolador que hace imposible disculpar a un Belushi egocéntrico, maniático, caprichoso, desleal e incapaz de mantener un mínimo de autocontrol. No existe empatía en el frío relato del periodista político que es Woodward. Sin embargo, casi seiscientas páginas dan para mucho, y en ellas también aparece ese Belushi, hijo de inmigrantes albaneses, al que es posible amar y perdonar y compadecer, capaz de abrazarse a sus amigos, de hacer reír a los espectadores, de sufrir en soledad y sincerarse en el arrepentimiento; un ser entrañable también, a quien Judy, su esposa, y Dan Aykroyd, su fiel camarada, coprotagonistas de esta sórdida epopeya, no pudieron evitar el final que su historia tenía escrito de antemano.</p>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-44998485665627124832022-03-21T11:10:00.001+01:002022-03-21T11:50:06.561+01:00100 años en la carretera<div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">CIEN AÑOS EN LA CARRETERA. HOMENAJE A JACK KEROUAC. Miguel López.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">Allanamiento de mirada. 2022. 148 págs.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgR35Y2HDuUYOBoHJ_DYafrQS4TDP5745_UtN509rQ9SIwp19QhLom7PaKGP0nJYwW67qzCmc-30zz_oWXrf8ivArsvZ_fS0Tj_tIGylnriGZ9QPEKIWCv6G_GPR7a02xU-BBXe0DR5x1Os8K-0y2I4xTyK8ENULkVZtOD5Jw27VLy98I9hnuu8GqVQLw/s675/94694.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="500" height="432" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgR35Y2HDuUYOBoHJ_DYafrQS4TDP5745_UtN509rQ9SIwp19QhLom7PaKGP0nJYwW67qzCmc-30zz_oWXrf8ivArsvZ_fS0Tj_tIGylnriGZ9QPEKIWCv6G_GPR7a02xU-BBXe0DR5x1Os8K-0y2I4xTyK8ENULkVZtOD5Jw27VLy98I9hnuu8GqVQLw/w320-h432/94694.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Miguel López es un maestro de la prosa corta, un escritor que en el espacio mínimo toma para sí la palabra y después de rozarla la suelta y sin mirarla la deja caer en el lugar exacto en la frase. Leerle es no leerle, leerle es hacer tuyo el relato como si no pudiera haber otro distinto, como si ese y solo ese fuera el modo en que la historia debía ser contada. Parte este homenaje a Kerouac de un breve artículo ya compilado en el excelente libro de López "El poder de las preguntas" (Sílex, 2020 -ver en este blog) y a partir de él en solo cien páginas nos entrega un documento en el que el escritor norteamericano y el tiempo en que vivió pasan velozmente, página tras página, destilando la esencia de aquellos años transformadores de manera admirable. Miguel López, consciente de que no puede acotar a Kerouac su acercamiento sino que este supone una mirada a la generación beat, colegas todos ellos de andanzas fuera y dentro de los libros, trae a escena a Ginsberg y a Burroughs, a McClure y a Ferlinghetti, a Corso, para pintar un fresco que tiene los colores del bop de Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Max Roach, Thelonius Monk. Nos deja ante la tumba de Kerouac escuchando esa música y entonces, ampliando el horizonte hasta nosotros mismos, nos lleva a la influencia de Kerouac en Bob Dylan, en Patti Smith, David Bowie, Jim Morrison, Jerry García, Janis Joplin, Tom Waits, Van Morrison. De estos dos últimos Miguel López sabe mucho, y así lo atestiguan sus imprescindibles libros sobre ellos ("El aullido de la noche" y "Viaje a Caledonia"), pero de todos los citados nos muestra las huellas visibles de la escritura y el modo de vivir beat, especialmente el fogonazo de "En el camino". Acaba el libro -que empieza con prólogo de Jesús Ordovás- con un ramillete de firmas invitadas que en rápidas pinceladas desentrañan el significado de la obra de Kerouac en sus vidas, visiones personales que alejan definitivamente de lo académico "100 años en la carretera". Lo bueno si breve dos veces bueno, y si bueno dos veces breve: antes de darnos cuenta el libro ha terminado y estamos escuchando el disco con la música de Flaco Barral, un homenaje paralelo y complementario con sabor a frontera geográfica y temporal. </div><span style="color: #3d85c6;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;"><br /></span></div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-37963123687749179092022-03-07T12:13:00.003+01:002022-03-21T11:50:26.176+01:00Tardes de persianas bajadas<div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">TARDES DE PERSIANAS BAJADAS. Brett Anderson.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">Contra. 2019. 286 págs.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEheiumKRbWMvd9lY1JfmH5ePeIo5AjlC1DD-4kx9s9pFnsBLRB4KmFBK0mYXOV-yZi68sT5WVyb-kpP6ToSk4gnzh8os-ngtoWeonnzT0R6lfF-Gn44G3WJB_BEsgxCPa6KaQRftSy17MuN8VpgyEZXUWNhg5lDsm8RI8ObnNfi_CIKgr1wPSHwkzZhBg=s340" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="340" data-original-width="229" height="467" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEheiumKRbWMvd9lY1JfmH5ePeIo5AjlC1DD-4kx9s9pFnsBLRB4KmFBK0mYXOV-yZi68sT5WVyb-kpP6ToSk4gnzh8os-ngtoWeonnzT0R6lfF-Gn44G3WJB_BEsgxCPa6KaQRftSy17MuN8VpgyEZXUWNhg5lDsm8RI8ObnNfi_CIKgr1wPSHwkzZhBg=w315-h467" width="315" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">Brett Anderson escribió en "Mañanas negras como el carbón" un relato de su infancia, adolescencia y juventud que tenía vida literaria propia al margen de que el lector conociese la obra musical de su autor. Esta segunda parte es, al contrario, una obra que no puede subsistir sin las canciones y los discos de Suede. En sus páginas Anderson desvela las claves del proceso creativo de sus cinco primeros discos, los que integran su primera etapa hasta el paréntesis de siete años que se inició en 2003. Viajamos con él hasta el interior de las canciones para descubrir las claves de su surgimiento y los a menudo retorcidos planteamientos de su escritura: "siempre había albergado el deseo de contaminar la cultura establecida con algo venenoso", confiesa. Anderson no le pierde la cara a los errores del pasado, las actitudes personales que fragmentaron la banda muy pronto, con la salida de Bernard Butler, herida que todavía hoy muestra su cicatriz en la memoria de aquel tiempo. Lúcido siempre, analiza la adulteración de la música por las exigencias del negocio, la fragilidad del artista escondido tras el disfraz que él mismo ha creado, y en sus horas más bajas deja que le veamos convertido en un yonqui desconectado y vergonzante, hasta el punto de que los demás le dejaban las maquetas en el buzón sin entrar a verle. Exploramos de su mano la sexualidad y la androginia, la complejidad de las relaciones personales, los afectos y las pérdidas de las que nacen canciones memorables, vemos con sus ojos un mundo de aparente belleza que oculta suciedad y caos, imaginamos leyéndole cómo debe ser el éxito y también la caída. "Tardes de persianas bajadas" es una inestimable guía por los primeros discos de Suede, contada desde dentro, pero además de eso es también un autorretrato del alma de Brett Anderson, desgarrada entre el exceso y el recogimiento introspectivo, y una mirada apasionada sobre el sentido de la música pop: "caprichosa y a menudo inane, que a su manera cuasirreligiosa es capaz de colmar, iluminar y llenar las vidas de la gente".</div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div style="text-align: left;"><br /></div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-36675495330634146202022-02-18T13:39:00.004+01:002022-03-21T11:50:39.728+01:00Townes Van Zandt. La eternidad en una canción.<div style="text-align: left;"><span style="color: #6fa8dc;">TOWNES VAN ZANDT. LA ETERNIDAD EN UNA CANCIÓN. Álvaro Alonso.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #6fa8dc;">Sílex. 2021. 444 págs.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjBqzBeDG5Nc6EFuhyEKYGB9U8WVQttQ2bWoyQ2TbXTpEGhjnOxMY3Y0nVGy2bfz2jukB96zCJLmsxT3lHDEfod4jKXLATqynaWjwTQvOy2JKkryAmtQuqaQ03TJ-o7JBLFlghZ8jRhVi04ykgyFYGVLg32WnMoEu5rPxcIvdGQLkFIly9FhP0hSY-hpQ=s1000" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="643" height="474" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjBqzBeDG5Nc6EFuhyEKYGB9U8WVQttQ2bWoyQ2TbXTpEGhjnOxMY3Y0nVGy2bfz2jukB96zCJLmsxT3lHDEfod4jKXLATqynaWjwTQvOy2JKkryAmtQuqaQ03TJ-o7JBLFlghZ8jRhVi04ykgyFYGVLg32WnMoEu5rPxcIvdGQLkFIly9FhP0hSY-hpQ=w305-h474" width="305" /></a></div><div><br /></div><div style="text-align: justify;">En su repertorio de malditos publicado en 2011 (Acordes Rotos, 66 rpm), Fernando Navarro dedicaba a Townes van Zandt el capítulo titulado "La poesía del perdedor". Una década más tarde, donde Navarro hacía brillante síntesis, Álvaro Alonso reconstruye meticulosamente el itinerario biográfico del cantautor tejano, y traza, con la misma tinta gris de la fotografía que ilustra la portada, el desolador camino de descenso a los abismos en que se gestó su música. Alonso, cuya vocación arqueológica ha quedado de manifiesto en sus dos libros anteriores sobre Gene Clark e Hilario Camacho, da en este un paso adelante en la forma de presentar sus hallazgos, y levanta acta de un imaginario diálogo del protagonista con un fantasma. Sucede en la antesala de la muerte del músico, ese último día propicio para repasar su vida entera, en la soledad del hogar, mientras arden los leños del último fuego del año. Recuerdos y confesiones, orgullo y arrepentimiento, el espectro de un general confederado va ayudando a Townes a recordar su propia historia, suple las lagunas que la temprana terapia de electrochoque dejó para siempre en la memoria de aquel chico que solo quería disfrutar su juventud, algo que los médicos consideraron peligroso. Sus inseguridades y sus ilusiones van modelando su escritura musical, hacen de cada canción un lugar en el que detenerse, en el que entrar. Alonso encaja en los momentos precisos traducciones de canciones, mientras Townes y Hood hablan del pasado y también del futuro, porque Hood ya ha estado en él y lo conoce. Hood es Alonso, bajo su porte militar y su tupida barba está el biógrafo escondido, que como un ventrílocuo hace hablar al invitado. Es Hood quien interroga, corrige o se deja corregir, pero son los miles de datos que Alonso ha acumulado durante años los que mueven sus labios. En esa obra de teatro a dúo, de improviso alguien puede tocar a la puerta de la casa, y la escena se transforma en una línea temblorosa que separa los recuerdos, los espectros, la realidad. No sé si Álvaro Alonso ha conformado con este libro una trilogía o si se propone seguir sumando volúmenes en el vínculo que ha establecido con los caídos, los olvidados, los perdedores de la música del siglo XX. Sea lo que sea, su celo investigador y su escritura empática le distinguen en esa labor de tonos crepusculares.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-25972048127803852852022-01-22T17:05:00.069+01:002022-03-21T11:50:54.224+01:00La luz interior de George Harrison<div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">LA LUZ INTERIOR DE GEORGE HARRISON. Conchi Moya.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">Sílex. 2021. 526 págs.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEht4652jKDzmA-0FtgvTaVOXtaq9ZGKPXnvt7dxHNXp4gioD_CKmT29GmIPu5yvU6JgF8C0ykQmrmkBCBvWCHGk5rrImbTMQ5DfwDKRp70ZTlj4BTENVZgBY5cbtnwMoj_myVjGimLoL7tow8bBdgwl_gzIcBd-XpuLXQ--nCFCTOtw_bFuOFfdF4No0A=s361" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="361" data-original-width="229" height="403" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEht4652jKDzmA-0FtgvTaVOXtaq9ZGKPXnvt7dxHNXp4gioD_CKmT29GmIPu5yvU6JgF8C0ykQmrmkBCBvWCHGk5rrImbTMQ5DfwDKRp70ZTlj4BTENVZgBY5cbtnwMoj_myVjGimLoL7tow8bBdgwl_gzIcBd-XpuLXQ--nCFCTOtw_bFuOFfdF4No0A=w255-h403" width="255" /></a></div><br /><div style="text-align: justify;">George Harrison enamoró a Conchi Moya. Traspasa el libro una tensión perceptible entre la devoción de la autora y su esfuerzo por entregar una obra como mandan los cánones, una biografía académica para disfrute de propios y extraños, ordenada cronológicamente. La flecha del tiempo, lanzada muy alto, señala el camino vital del protagonista, que recorremos desde que siendo un crío une su destino al de Lennon y McCartney. Ese es el punto de partida: Harrison interesa porque fue un beatle, porque siempre se sintió incómodo con la fama de serlo, y porque su vida cambió cuando dejó atrás esa carga. Conchi Moya separa esas dos etapas, el antes y el después, en los dos grandes capítulos que son el cuerpo del libro: el primero, secuenciado por años; el segundo, ordenado a partir del comentario de cada uno de sus discos, que se suceden sin interrupción y sin respiro, canción a canción, durante más de cien páginas. Quedan los apéndices temáticos, una trampa para que demuestres tu interés lector: sus guitarras, sus casas, sus amigos, las fans, la familia, las mujeres de su vida, y al fin su lado espiritual. Puedes leerlos en desorden, incluso es aconsejable: es la manera mejor de encontrar lo que buscas, sea lo que sea lo que buscas. Me interesan sobre todo sus relaciones personales, el lado humano de la estrella del pop refugiada en la campiña inglesa y en sí mismo, su búsqueda espiritual que explica en buena medida su obra y su vida y su muerte. Son cosas que afloran en esta parte del libro, la que le da sentido y pone en perspectiva todo lo anterior. Harrison, tapado por la sombra de sus compañeros tantos años, escondido después en su visión del mundo, revela su grandeza en las páginas finales. Conchi Moya, afanada en parir una biografía canónica, sucumbe a su acercamiento hagiográfico a Harrison. Entonces, al cerrar el libro después de haberle acompañado en sus últimas horas, tras haber sentido la emoción de la despedida, revives todo lo que has leído, el sinfín de anécdotas, una historia que es en parte nuestra, y sonríes: has visto su luz interior. Eso es lo que la autora quería.</div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-16371365854861156042021-12-29T12:49:00.004+01:002022-03-21T11:51:35.284+01:00La música (pop) y nosotros<div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">LA MÚSICA (POP) Y NOSOTROS. </span><span style="color: #3d85c6;">José Luis Ibáñez Salas. </span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">Sílex. 2021. 342 páginas.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjuXs-Dom1NiwOxCeUY2aKxcB1RzY87IyCboVVKlrIKt-mRhb_T6cl6Ffd7KeMW2plsmc663rh2jM7sW2gyABKMLfpKLGwuilOq2yKHCtJuMWiIgMoBabHthJo09zeLuGoYS-d0to0y1IMdY7GaR5rEGYLUF9X1CCOVTJdykHRAe2yYFD5mccFx7laNvw=s480" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="316" height="403" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjuXs-Dom1NiwOxCeUY2aKxcB1RzY87IyCboVVKlrIKt-mRhb_T6cl6Ffd7KeMW2plsmc663rh2jM7sW2gyABKMLfpKLGwuilOq2yKHCtJuMWiIgMoBabHthJo09zeLuGoYS-d0to0y1IMdY7GaR5rEGYLUF9X1CCOVTJdykHRAe2yYFD5mccFx7laNvw=w266-h403" width="266" /></a></div><br /><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Historiador y editor, Ibáñez Salas no puede vivir sin música. Como nosotros, ese genérico al que se refiere en el título. Y bien entrado en la cincuentena, casi saliendo de ella, ha sentido la necesidad de indagar en esa gozosa dependencia que, a diferencia de otras, no afecta a la salud para mal sino para bien. Fruto de ello es este libro, en el que aborda el objeto de su pasión de un modo curioso, alejado de lo que cabría esperar de un historiador, esas personas tan serias y metódicas, qué sé yo, algo parecido a los siete sabios de "Bola de fuego" a los que enloquece Barbara Stanwyck. ¿Notas a pie de pagina? No las busques. ¿Inserciones, saltos atrás y adelante, disgresiones, comentarios personales, apuntes autobiográficos? Los que quieras. En ese "nosotros" cabe, y antes que nadie, el "yo". Porque ese "yo" podrías ser tú o aquel o yo, pero es él, Ibáñez Salas, que ama a Costello y a Springsteen. ¿Tú también? Me alegro, porque hay mucho de ellos en el libro, de sus posicionamientos ante la música y el oficio de hacerlo. A mí Costello y Springsteen me aburren desde mitad de los años 80, pero me ha interesado lo que Ibáñez dice que ellos dicen. Mucho más me interesa lo que dice que dice Dylan. Pero para mí Dylan es Dios, el único y verdadero. Para Ibáñez no, porque no le gusta "Rough and rowdy ways". ¿Es esto un problema? No, y si para alguien lo es, que no abra el libro. Él se lo pierde. No es un libro para agradar a todos, para complacer. Es un libro escrito torrencialmente para hacer pensar, para explicar qué sucede cuando descubres que, como su autor, no puedes vivir sin música. Ibáñez echa mano de gente que ha sentido eso antes, que ha escrito párrafos que merecen ser recordados: Bob Stanley, Nick Hornby, Fernando Navarro, Joserra Rodrigo, Pete Townshend, David Byrne, entre otros. Y por supuesto, Bob Dylan. A través de ellos y de su propia experiencia al otro lado de los altavoces, Ibáñez Salas te arrolla como un tren. Ten un lápiz cerca cuando leas.</div><div style="text-align: left;"><br /></div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-65219719863765258442021-07-22T18:50:00.004+02:002022-03-21T11:51:50.964+01:00Un aplauso para el astronauta<p style="text-align: justify;"><span style="color: #0b5394;">UN APLAUSO PARA EL ASTRONAUTA. CONVERSACIONES SOBRE SURF, ARTE Y ROCK'N'ROLL. David Moreu. Sílex. 2020. 772 páginas.</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxGIU6uOVKj_jOcQiYekpIYXuvkLchMZlZhNyu6XqkElTYkmfaWzfextdc7i6QmGpBinU2hJZKQCTFX09IW6vBYNC9onGaKsvKPBeoDMlpK5mqk2Y4LE6fOUYY_TcVNQ9toNMjarfMCpit/s1511/Un+aplauso.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1511" data-original-width="1000" height="355" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxGIU6uOVKj_jOcQiYekpIYXuvkLchMZlZhNyu6XqkElTYkmfaWzfextdc7i6QmGpBinU2hJZKQCTFX09IW6vBYNC9onGaKsvKPBeoDMlpK5mqk2Y4LE6fOUYY_TcVNQ9toNMjarfMCpit/w235-h355/Un+aplauso.jpg" width="235" /></a></div><p style="text-align: justify;">No tengo, nunca lo he tenido, el menor interés por el surf, de modo que solo la curiosidad por saber con qué hilo había cosido su texto ese maestro tejedor que es David Moreu me empujó a leerlo. Además hablaba de arte y rock, dos parcelas que me resultan muy queridas. Casi ochocientas páginas después, leído a ratos, espacioso, el libro en cuya portada hay olas dibujadas por Van Hamersveld ha sido un agradable compañero que rememora un tiempo que milagrosamente existió cuando yo era un niño y del que, dentro de no mucho, quedarán rastros dispersos a semejanza de la muñeca de "El planeta de los simios". Quizá precisamente por eso, porque en un futuro cercano nada de lo que sucedió y se narra interesará ya a nadie, este libro interesa, porque recoge la eclosión de un movimiento contracultural vital y colorista, caótico y libre de prejuicios. Ochenta conversaciones ordenadas cronológicamente sirven para testimoniar, además de los hechos, el poso que dejaron y la percepción que se tiene de ellos desde el mirador del nuevo siglo. La que Moreu tuvo con el artista Gary Wong en Los Angeles en 2016 es un símbolo: Wong, al descubrir de joven que era daltónico, lo aprovechó para hacer que su obra fuera diferente. Lo que se consideraba defectuoso se convertía en experimental. Lo alternativo era un modo reivindicable de enfrentar la realidad. Hay en el libro inmersiones en la psicodelia y en el blues, no solo rock, que nos hacen verlos desde dentro, desde la perspectiva de sus creadores. La oposición de dos mundos, el viejo y el que nace, se representan en las olas que cabalgan los surfistas, pero también en anécdotas como la valla que en Disneylandia separaba a los de fuera, melenudos puestos de ácido, y los soldados que paseaban al otro lado en un día de fiesta. Vietnam, las drogas, la segregación racial de hecho y de derecho, la costa Oeste como expresión de El Dorado son parte del telón de fondo de aquellos años. Moreu ha depurado horas y horas de conversaciones para regalarnos una escena caleidoscópica en la que se suceden leyendas como Robert Crumb, auténticos outsiders como Monte Hellman, o visiones oblicuas de Elvis o Professor Longhair a través de terceros con los que habla de ellos. Un largo recorrido con muchas etapas, en el que las olas dejan calada hasta el alma.</p>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-11100605474803472812021-04-09T10:08:00.005+02:002022-03-21T11:52:08.806+01:00Hotel California<p style="text-align: justify;"><span style="color: #3d85c6;">HOTEL CALIFORNIA. CANTAUTORES Y VAQUEROS COCAINÓMANOS EN LAUREL CANYON (1967-1976). Barney Hoskyns. Contra. 2021. 414 págs.</span></p><p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; color: #3d85c6; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiW75YpaOi_i3r0rVdJygTiksfdTJF7t-5VE7zC9kQFRMBT7mofpmnZWd_Svj3ZAxUCnUrbL3lXYvE4oMctIBrMzGNhPaQajDKIEgPfcwGXYzkHBr4X_VnWy66FacuYxtetEOCECjXd4mM-/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="335" data-original-width="229" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiW75YpaOi_i3r0rVdJygTiksfdTJF7t-5VE7zC9kQFRMBT7mofpmnZWd_Svj3ZAxUCnUrbL3lXYvE4oMctIBrMzGNhPaQajDKIEgPfcwGXYzkHBr4X_VnWy66FacuYxtetEOCECjXd4mM-/w244-h358/image.png" width="244" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Érase una vez un lugar bucólico, aunque quizá no tanto, donde una cantidad inusual de músicos con mucho talento y poco éxito, vivían felices, o infelices, dando forma a sus sueños. En este cuento que empieza en las colinas y desciende hasta las soleadas playas, el lobo una vez más se come a Caperucita. El lobo es la industria discográfica, sin necesidad de personificar en nadie, aunque David Geffen hace méritos suficientes para llevarse el dudoso galardón. Hoskyns incluso parece apiadarse de él en el epílogo. Es el eterno dilema, el maldito hijo de puta que hace que las cosas funcionen. ¿Habría existido sin su modo de llevar los negocios el estallido glorioso de música que se produjo en Los Ángeles en el decenio 1967-1976? Estamos hablando de tantos nombres que mencionarlos agotaría esta reseña, pero en una línea caben no solo los Eagles, sino Joni Mitchell, James Taylor, CSNY, Jackson Browne, Byrds, Linda Rondstadt y Ricky Lee Jones, y ahí me paro. Barney Hoskyns parece haber hablado con todos y, cuando no lo ha conseguido con alguien, lo suple con suficientes testimonios indirectos como para que no importe. Con todo eso consigue lo que parecería imposible, hilar una historia, en la que además se detiene en los detalles de tal modo que da la impresión de que él estaba realmente allí: en las piscinas en las que se bañaban preciosidades con o sin nombre, en el porche en el que los canutos pasaban de mano en mano, al pie de la escena en el Trobadour o en el Roxy, en los despachos donde se hacían los negocios. Un auténtico aluvión de datos se diluye en la atmósfera poblada de anécdotas que tienen rango de hechos, que no mueven el motor de la historia de la música pero explican la idiosincrasia de sus protagonistas. Son esos seres fantásticos y distantes de los que seguimos el camino de su madurez artística, pero también los que llevan al cinismo autocomplaciente, a la perseverancia en la inmadurez personal o a las simas de la autodestrucción. De todo eso solo podía salir música maravillosa, la que da sentido a estas páginas publicadas en 2005 y que ahora llegan a nosotros traducidas al español.</div><p></p>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-45001661112726479492021-03-11T10:41:00.003+01:002022-03-21T11:52:32.106+01:00Los sureños no llevan paraguas<div style="text-align: justify;"><span style="color: #0088ff;">LOS SUREÑOS NO LLEVAN PARAGUAS. GUÍA PRÁCTICA PARA NO ACABAR COLGADO DE UN ÁRBOL EN EL VIEJO Y PROFUNDO SUR. </span><span style="color: #0088ff;">Eduardo Izquierdo y Eloy Pérez</span><span style="color: #0088ff;">.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #0088ff;">Muddy Waters Books. 2020. 222 páginas.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnKoiH21wrTYQbLgaXT3o6S_UPxTnstzzsqD5tJrxgfPRRbNZbpUG-KK8UtJBDE1nHhXtK94uB85HTaMfAUM9GiA4Uth25vNS-55-wcl4BAQnaNzWmEbMSphz6_49nWAGF51MkMog6fdH6/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="499" data-original-width="339" height="317" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnKoiH21wrTYQbLgaXT3o6S_UPxTnstzzsqD5tJrxgfPRRbNZbpUG-KK8UtJBDE1nHhXtK94uB85HTaMfAUM9GiA4Uth25vNS-55-wcl4BAQnaNzWmEbMSphz6_49nWAGF51MkMog6fdH6/w216-h317/image.png" width="216" /></a></div><p></p><p style="text-align: justify;">Pretender hablar de la música del Sur de los Estados Unidos en solo diez páginas es una insensatez. No lo digo yo, lo admiten los propios autores de este divertido e instructivo libro, Eduardo Izquierdo y Eloy Pérez, que se han atrevido a eso, a poner sobre el papel los maravillosos sonidos que produjeron gentes como los Allman, Lynyrd Skynyrd, Johnny Cash, Elvis o Sam Cooke y al terminar el capítulo pasar a otra cosa, en concreto a Mark Twain y Tennessee Williams. Les habrá dolido, porque lo de ellos dos es escribir sobre música, pero a cambio nos han entregado un mural colorista en el que el Viejo Sur y el Sur Profundo están tan vivos como en las películas, que es el modo en el que la inmensa mayoría conocemos aquellas tierras (últimamente también por las series de televisión). Y es que además de música y literatura, hablan también de cine, y del Klan, y de deportes, y de armas, y de religión, y del bourbon, de muchas cosas en doce breves capítulos en los que te llevan de la mano por dos siglos y medio de Historia, tan medidos que al acabar tienes la contradictoria sensación de saberlo todo sobre el Sur y sus gentes sin haberte esforzado nada para conseguirlo. Escrito "a cuatro manos", no da esa sensación en ningún momento, tal es la continuidad de estilo en una narrativa de por sí peculiar, salpicada de intención y de ironía y de complicidad con el lector. Se lee con facilidad y con gusto, con la sonrisa puesta y la carcajada a punto, y es que Izquierdo y Pérez se toman con mucho humor cosas muy serias en su acercamiento a los "southerners", desmontando algunos de sus tópicos y confirmando otros, y pintando en definitiva un entretenido retablo de los Estados del Sur. Se han lanzado a hacerlo sin haber visitado nunca el viejo Dixie, pero qué puede importar, tampoco estuvo nunca Julio Verne en Islandia y nos ubicó perfectamente en la entrada al volcán. La editorial Muddy Waters Books acierta de lleno con este su primer libro, de atractivo diseño e incluso agradable al tacto, en el que ya el prólogo de Elliott Murphy te atrapa, del mismo modo que la nota de los editores y la pertinente justificación de los autores te invitan a seguir leyendo sin demora, con la música del Sur en tus oídos.</p>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-36352528514362537922021-02-17T11:14:00.002+01:002022-03-21T11:52:49.342+01:00Two Riders Were Approaching<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #3d85c6;">TWO RIDERS WERE APPROACHING. VIDA Y MUERTE DE JIMI HENDRIX. Mick Wall.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #3d85c6;">Alianza, 2020. 375 págs. Trad.: Ana Pérez Galván.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1EQTGe9k60IHqgzr3iZcxShYXzriRnV8r8alUn00imObWlIBNrL2Q7iNIW75J0NFEsM9FuR1qSYiS7jNt6bAyUR3KLPE27tKA9bfXDSX9DSPinOCwLsfObeXRS0zXoBb5Vr0F8E2lUuk-/s1533/Hendrix.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1533" data-original-width="1000" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1EQTGe9k60IHqgzr3iZcxShYXzriRnV8r8alUn00imObWlIBNrL2Q7iNIW75J0NFEsM9FuR1qSYiS7jNt6bAyUR3KLPE27tKA9bfXDSX9DSPinOCwLsfObeXRS0zXoBb5Vr0F8E2lUuk-/s320/Hendrix.jpg" /></a></div><p style="text-align: justify;">Mick Wall, que es un veterano del oficio y un superventas, tenía muchas posibilidades a la hora de escribir sobre Hendrix. El acceso a testigos (los que quedaban vivos), el recurso a abundantes fuentes bibliográficas, su talento como escritor, su dedicación al periodismo musical y la mística del personaje daban mucho de sí. Podía Wall haber optado por un relato novelado, por una biografía salpicada de crítica musical, por una historia oral o por un libro de entrevistas, y de entre todas esas opciones no se decidió por ninguna. "Two Riders Were Approaching. Vida y muerte de Jimi Hendrix" es el curioso resultado de esa elección que contiene todas las elecciones. Da la impresión de que su editorial española ha querido contribuir a esa mezcolanza manteniendo medio título en su lengua original y traduciendo la otra mitad. La portada, tan psicodélica y sesentera ella, anima a entrar en el libro, y la ágil pluma de Wall empuja a devorar sus páginas, un errático relato que fluye desordenado en el tiempo, y que de esa sorprendente manera consigue acercarse al personaje, a su errabundo deambular por el cosmos encerrado en su cabeza y en su música. Hay continuos flash backs, saltos en la narración, cortes abruptos para insertar entrevistas íntegras con diferentes dosis de acierto, dispersión antes de volver al núcleo. El texto de Wall es un intento de apresar caleidoscópicamente veintisiete años de un alma atormentada, de arrojarlos contra el telón de fondo de una época agitada que cambió la expresión del rostro de los Estados Unidos y de Inglaterra. El lenguaje con el que está escrito es el del periodista que afina su lápiz pero también es el de las calles de Londres y el de los negros norteamericanos, esos que no consideraban a Hendrix uno de los suyos porque tenía sangre india y se juntaba con músicos blancos. Wall es espectador y es protagonista, llama al escenario a todos quienes desfilaron por él en aquellos años: los músicos, las chicas, los managers, los mafiosos. Con todo ello construye un brumoso pastiche en el que, con trazos de intriga policíaca, siembra la idea de un pérfido plan en el que Hendrix es un muñeco en manos de otros y su muerte no es accidental. Así empieza y así termina el libro, y entre medio brota con todos sus colores la vida de un músico que luchó contra su propio mito, que veía en su música los dos lados del arco iris.</p>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-37704833048882220682021-02-03T12:38:00.002+01:002022-03-21T11:53:05.964+01:00El poder de las preguntas<div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">EL PODER DE LAS PREGUNTAS. Miguel López.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="color: #3d85c6;">Sílex, 2020. 396 pags.</span></div><div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhezxFynEU1DEKK9_59isZb5b6AFhnIQefgVM7DMZetXuuv_qr5CiFxC7pJNKCwNSBCCc05-yb6uLAdCqJaHzOorYo1_zBSn2coC9ksQCKE7k7Iizjb8kmFeRuh6Aj_t84ittNf-6d_aYft/s499/poder+preguntas.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="499" data-original-width="328" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhezxFynEU1DEKK9_59isZb5b6AFhnIQefgVM7DMZetXuuv_qr5CiFxC7pJNKCwNSBCCc05-yb6uLAdCqJaHzOorYo1_zBSn2coC9ksQCKE7k7Iizjb8kmFeRuh6Aj_t84ittNf-6d_aYft/s320/poder+preguntas.jpg" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En "El poder de las preguntas" Miguel López habla de pintura y escultura, de cine y literatura, de ciencia y de religión, de Historia y de filosofía, de alta y baja política, y también, cómo no, de música y músicos: el jazz, el blues, Miles Davis, Javier Krahe, Bob Dylan, Robbie Robertson, Compay Segundo, Pops Staples, Lennon y McCartney, Van Morrison, Fréhel, El Cabrero, Kiko Veneno y los Amador, Big Mama Thornton y Burning aparecen como protagonistas de algún capítulo, de alguna pregunta. Son artículos publicados a lo largo de los años en el diario "El Adelantado de Segovia" y revisados para su compilación, formando así un corpus en el que se pasa revista a nuestra sociedad contemporánea y a sus cimientos, siempre partiendo de una pregunta, que puede ser retórica, huella de una curiosidad no resuelta y tal vez imposible de resolver, motor de una historia o pie para una reflexión. Preguntas que hielan la sangre, como la que formuló Hitler antes de invadir Polonia ("¿Quién habla hoy de la aniquilación de los armenios?"). Preguntas que causan inquietud, más aún en estos tiempos ("¿Es la curación de los pacientes un modelo comercial sostenible?"). Preguntas que hablan de la condición humana y de sus gloriosas debilidades ("¿Qué belleza se puede comparar a la de una cantina a primera hora de la mañana?", del novelista Malcolm Lowry; "¿Dónde está mi fe?", de la Madre Teresa de Calcuta). Preguntas que indagan en la esencia inaprensible del arte ("¿No es lo único estable la persistencia de la inestabilidad?", de Eduardo Chillida; "¿Puedes sentir el silencio?", de Van Morrison). Miguel López extrae riqueza de cada interrogante y aprovecha los pocos párrafos de cada capítulo para ilustrarnos con pedazos de Historia que nos permiten comprendernos mejor a nosotros mismos. Lo hace con precisión divulgativa y lenguaje coloquial, con ese sentido del humor que nunca le abandona y que hace que podamos sobrevivir a los dramas de la existencia y de la estupidez humana. Con guante suave, pero soltando la mano del revés, "El poder de las preguntas" está cargado de intención social, a veces patente desde la primera frase o desde la propia pregunta, a veces en el giro sorprendente de un final, otras leyendo entre líneas. Agudo como el picotazo de una avispa muerta, como las que tantas veces picaron a Walter Brennan, este libro se lee de la misma manera que se bebe un buen whisky, saboreándolo.</div> </div>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-67918371105930604382020-12-26T14:46:00.003+01:002022-03-21T11:53:17.397+01:00Historia del pop rock valenciano<p style="text-align: justify;"><span style="color: #3d85c6;">HISTORIA DEL POP ROCK VALENCIANO en 75 nombres esenciales. Carlos</span><span style="color: #3d85c6;"> Pérez de Ziriza. </span><span style="color: #3d85c6;">Sargantana, 2020. 273 págs.</span></p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsyh1hRNENs26dKJtBkxN6pXbogxjt2WKx1WYFOjZdt5GsSj2ZyElCp8X5e02Iii21ZI8zRg9wZZ2gnmzZTNwm0m2vmkuTZM3L5U4tz61rw9NG8MpLvz0jPsajkNUuk5krasWenyRQh8zZ/s265/pop+rock+valenciano.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="265" data-original-width="190" height="305" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsyh1hRNENs26dKJtBkxN6pXbogxjt2WKx1WYFOjZdt5GsSj2ZyElCp8X5e02Iii21ZI8zRg9wZZ2gnmzZTNwm0m2vmkuTZM3L5U4tz61rw9NG8MpLvz0jPsajkNUuk5krasWenyRQh8zZ/w219-h305/pop+rock+valenciano.jpg" width="219" /></a></div><span style="text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><span>Este es un libro con gracia. Ya desde la portada te dice que te está engañando, porque por muy amplios que uno quiera concebir el pop y el rock... ¿también entra ahí Ovidi? Lo cierto es que las palabras "POP" y "ROCK", si además se escriben en mayúsculas, tienen un poder que no podría haber emulado ningún otro título, qué sé yo, "música valenciana de nuestro tiempo", omnicomprensivo pero sin duda mucho más soso. Pero este libro juega contigo desde la portada, porque en un rápido vistazo ya sabes que en él cabe todo, de Nach a Bruno Lomas, de Nino Bravo a Ovidi Montllor, y suma y sigue. Es el mérito de una concepción visual que hermana los textos de Pérez de Ziriza, siempre precisos y con su característico sustrato enciclopédico, con unas imágenes de diseño gráfico tan simples y efectivas como un cartel, una por artista, hasta el total de setenta y cinco, que añaden a la lectura una ubicación visual de los personajes muy bienvenida para centrarlos en su contexto. Muy útil además para fijarlos por quienes no conozcan a algunos de ellos. Y aquí viene la pregunta, ¿es que alguien no los conoce? Una pregunta que nos lleva a un sinfín de consideraciones, como esta otra pregunta ¿existe una música valenciana, de la misma manera que aceptamos que existe, por ejemplo, el rock australiano? O esta otra, que se desdobla en tres: ¿hay vida más allá del cap i casal y su poder de atracción, el sur también existe, el norte es realmente el norte? Y la fatídica, que no se esconde en las páginas del libro: ¿por qué tan pocos artistas y bandas valencianos obtienen más allá de nuestras fronteras el reconocimiento que creemos que merecerían? Leyendo a Pérez de Ziriza uno puede aventurar respuestas, pero él, sabio y prudente, no las da, aunque a veces se le adivinan. "Historia del pop rock valenciano" te deja al terminarlo (lo que sucede en pocas horas) un sabor agridulce, al anotar cuánta fecha de caducidad hay anotada al pie de algunos protagonistas, cuánta música subterránea y poco conocida se reseña, que sensación de tiempo pasado. Ese regusto de historia de otra época es </span><span>engañoso, porque precisamente hay en este momento muy buenos músicos emergiendo o intentando consolidarse, pero como explica el autor no todos caben en el limitado número de 75, una cifra que sin embargo da para mucho y bueno. ¿Interesa este libro fuera de nuestro reducido ámbito valenciano? Sin duda sí. Hay un trasfondo común a toda nuestra música, por variada que sea y es, un latigazo de sol y luz, un sentimiento barroco de la existencia, capaz de alumbrar a artistas que deben ser conocidos. Carlos Pérez de Ziriza da abundantes pistas, una carta de navegación simple y concisa para echarse a la mar.</span></div></span><p></p>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1962270904431978808.post-85558451634382472252020-12-11T17:09:00.003+01:002022-03-21T11:53:28.702+01:00Hilario Camacho. El trovador de Chamberí.<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #0b5394;">HILARIO CAMACHO. EL TROVADOR DE CHAMBERÍ. Álvaro Alonso.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #0b5394;">Sílex. 2020. 385 páginas.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTwuhm9khnLfXNuIs2VpQkZc_J33rI6t8k4rkh9hsQM4j4tb06huiB-81FjMQFXLQrLtIft2v9xeUwdcSWc4cnQKqe3W-hV8qsFU0QeaXdtcHZkcgn97qtz4n9FGht0kiy_eUowRlkIDja/s2048/Hilario.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1317" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTwuhm9khnLfXNuIs2VpQkZc_J33rI6t8k4rkh9hsQM4j4tb06huiB-81FjMQFXLQrLtIft2v9xeUwdcSWc4cnQKqe3W-hV8qsFU0QeaXdtcHZkcgn97qtz4n9FGht0kiy_eUowRlkIDja/s320/Hilario.jpg" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">A Álvaro Alonso le van los
perdedores. A Gene Clark le dedicó su último libro, hecho de millas de
carretera y botas tejanas, y a Hilario Camacho, otro “beautiful loser”, le ha
hecho protagonista de este libro, “El trovador de Chamberí”, en el que ha
sustituido la autopista por las líneas de metro y las botas por las deportivas.
Alonso ha entrevistado a absolutamente todo el que tenía algo que decir y por
supuesto quería decirlo. Por eso quizá falta Sabina, una de las dos partes de
ese desencuentro que se solucionó con una corona de flores en su sepelio. De
los demás están todos y, diría más, está todo. Alonso no se deja ni una frase
de esos testimonios arrancados en conversaciones telefónicas, o en cafeterías o
bares (meticuloso, los cita en las notas a pie de página si hace falta) o, como
con Gonzalo García Pelayo, en el sofá de su casa. A veces lo que nos cuenta alguien ya nos lo ha contado otro
alguien, pero esa repetición la usa Alonso como garantía de veracidad, como
quien mira al personaje desde varios puntos cardinales. Hay muchas horas de
conversaciones transcritas en casi cuatrocientas páginas para que el lector
descubra quién fue Hilario Camacho y por qué llegó a donde llegó y por qué no
pasó de ahí, por qué a pesar de su calidad y de cuatro décadas de carrera no
fue ampliamente conocido. “Qué me expliquen lo de Hilario, porque yo no lo
entiendo”, clama Adolfo Celdrán muy al principio del libro. “Hilario vivió su
vida sin red”, sentencia<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Jorge Pardo
casi al final. Entre una y otra frase Alonso desarrolla el ir y venir y
desaparecer y volver a llamar a la puerta de ese artista que no se sujetó a los
cánones ni a las tendencias, que estuvo con los cantautores sin ser enteramente
como ellos (algo así como Aute, que también aparece en esta biografía), que
exploró antes que muchos los sonidos que venían de fuera de nuestras fronteras,
que fue rockero sin serlo y tocó palos impensables para después abandonarlos,
que se reclamaba descubridor de la mezcla del pop con la música latina que
después se atribuyó Auserón.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Para
entenderlo hay que echar un vistazo detenido a su personalidad, a su soledad de huérfano, a sus problemas
psicológicos, a su carácter enamoradizo, a la
querencia de su barrio, Chamberí, y de sus amigos fieles. Alonso ha tenido
acceso a una fuente inigualable, los archivos personales del músico, documentos
que casi nadie conocía y otros que casi nadie recordaba: carpetas enteras de
recortes de periódico, fotografías, manuscritos, letras de canciones, la vida
de Hilario Camacho esperando a Álvaro Alonso para que con su acreditada
tenacidad de arqueólogo musical lo revisara con lupa y saliera a la calle,
grabadora en mano, a preguntar todo lo preguntable a quienes le conocieron. Este
es el resultado.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p><br /><p></p>Juan J. Vicedohttp://www.blogger.com/profile/10157643482176985032noreply@blogger.com0