LOVE SONG. Carlos Zanón.
Salamandra. 2022. 349 págs.
Llegar al último párrafo, cerrar el libro con la mirada puesta en la nada, sentir la necesidad de volver a leer esas frases que dan sentido a lo que has leído los días anteriores. El viaje ha terminado, has acompañado a los protagonistas por los campings de la costa, has conocido o creído conocer las motivaciones de cada uno de ellos, has dejado que se amaran más allá del rencor y les has amado tú también. Carlos Zanón es alguien que está allí, alguien que no solo ve los hechos sino las emociones y en esa privilegiada posición que es la periferia de la historia consigue que estés dentro de ella. No es fácil y menos lo es que no te des cuenta hasta que todo haya terminado. Pero Zanón es un maestro de la narrativa que te lleva de la mano por un territorio en el que el drama se hermana con la búsqueda de algo que está a caballo entre la nostalgia del pasado y la posibilidad del futuro, algo a lo que a veces llamamos felicidad. "Love Song" es el epílogo de unas vidas a las que hemos llegado tarde, pero que recuperamos en sus páginas, viajando en los recuerdos, descubriendo en los silencios lo que queda sin decir. Zanón puede ser coloquial o exquisito, juega con las palabras haciendo que todo encaje sutilmente, que te revuelques en el barro de una pelea o sientas la melancolía, te arroja a los brazos de una canción o te hace compañero de la enfermedad, vecino de la muerte. Hay muchas historias en el trayecto de tres músicos que hacen del verano un espacio de redención, tocando canciones que a menudo nadie escucha, pero que para ellos son importantes. Zanón tiene la capacidad de que algunas de esas historias tengan el perfil de la leyenda, o de la magia, o de lo mitológico, y nunca dejan de ser reales, descarnadamente terrenales, agujereadas por la violencia, los celos, el sexo o las adicciones, cosidas por el amor, la amistad y la derrota. Sus personajes han elegido esa vida, inseparable de la música. Quizá lo han hecho porque no tenían elección, como apunta Polidori, el conductor de la furgoneta, testigo de ese verano en el que todo se desmorona. Cierras el libro con la sensación de que volverás a él, que sentirás su llamada.
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