66 rpm edicions, 2015. 269 págs.
Vaya por delante que no suelo leer novelas y este libro lo es. Su editor, Alfred Crespo, me la recomendó, y por eso de que la música tenía parte importante en ella le hice caso. En teoría iba a encontrarme con el modo en que a través de las peripecias vitales de los protagonistas, sobre todo en la adolescencia y primera juventud, el autor trae a escena la música de su generación. Como la generación de Fernando Navarro no es la mía y mi interés por lo que sucede a las pandillas se agotó con "Grease", no se daban las circunstancias propicias para que me dejara huella. Pero no, éste es un libro que hay que leer y que te llega hondo. Y no hay que leerlo porque hable de música: este libro es música y además música que emociona. La historia de Javi y Marta es en sí una canción triste que se anuncia en el primer capítulo, penetra todo el libro, y se desborda magistralmente en su final. Una historia de amor y de oportunidades perdidas, de amistad o qué se yo qué ("lo nuestro es raro y bonito", llega a decir Marta) y de pasión por la música. Porque como descubre el protagonista en ese bar llamado "La Farmacia" (llamado así porque las canciones curan el alma): "supe que una simple canción podía esconder lugares imposibles y extraordinarios, que se visitaban con la imaginación pero que podían ser más reales que los números y las lecciones que aprendía en el colegio". Está dicho todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario