Conversaciones con Gonzalo García Pelayo

CONVERSACIONES CON GONZALO GARCÍA PELAYO. NOSTALGIA DEL FUTURO. Luis Lapuente
Efe Eme. 2019. 221 págs.

Conversar con García Pelayo, me imagino, es abrir un grifo y ver cómo el agua sale a chorros. Escribir un libro sobre eso es tanto como recoger el agua, tarea difícil, porque hay aguas que no se dejan encauzar. Ese es el mérito de Luis Lapuente. Dicen quienes hacen entrevistas que lo difícil es conseguir del entrevistado una respuesta, a veces una sola frase que se salga de la rutina. Este libro es todo lo contrario. García Pelayo es incontenible. Y tiene mucho que contar, a su manera, torrencialmente. Recuerdo ver a este hombre en alguno de los programas pioneros de la música rock en Televisión Española, la única televisión de entonces. Él era un barbudo, yo un imberbe. De ahí a saber que hacía saltar la banca en los casinos transcurre gran parte de mi vida consciente. Si este libro fuera la historia de un productor discográfico tendría un interés, otro interés. García Pelayo no es eso, no es solo alguien que ejerció un oficio y descubrió a artistas valiosísimos. Es, sobre todo, un personaje. Cineasta, jugador. Si Luis Lapuente hubiera elegido otro tono literario, podría haber construido una leyenda. Pero ha preferido estar al margen, como el director de cine que pone su cámara y deja hacer, que se inmiscuye lo justo para que el guión tenga un ritmo, una coherencia. Porque García Pelayo tiende a escaparse, a distraerse en caminos que se abren a un lado y otro de la narración. Y hay que volver a la ruta. Lapuente es el domador de ese león melenudo que es su entrevistado, no un mero notario que levanta acta de lo hablado. Sin él este libro habría sido inabarcable. Pasen, si gustan, y descubran la historia de este hombre que habla de sí mismo y de otros sin ornamento, que relata su aventura parisina de juventud como quien cuenta que ha bajado a comprar el periódico, o de la Sevilla del grifoteo sesentero con la misma naturalidad con que otros hablarían de la peña taurina en la que se toman el café y la copa. Habla de un tiempo pasado en el que muchos se reconocerán. Un tiempo que ya no existe. Ahora lo que le interesan son los números primos.

Calles que fueron nuestras

CALLES QUE FUERON NUESTRAS. 
EL UNIVERSO MUSICAL DE JARVIS COCKER, RICHARD HAWLEY Y PULP.  Juan J. Vicedo.
Sílex. 2019. 233 págs.



Hace algo más de un año que se publicó, suficiente para recopilar lo que otros, no yo, han dicho de él, desde esa frase rotunda de Fernando Navarro (El País) en el prólogo: "Es una suerte que se escriban libros como este". Alfred Crespo, en Ruta 66 digital, lo recomendaba así: "En pocas ocasiones Sheffield ha estado tan bien iluminada y abierta en canal". Carlos Pérez de Ziriza hablaba en Mondo Sonoro de "minuciosidad y sensibilidad", y Álvaro Alonso (ABC) lo adjetivaba de "asombroso, libro riquísimo e inspirador". Abraham Rivera lo califica de "excelente" en su programa Retromanía (Radio 3). Javier de Diego (Rockdelux) dice que es "ágil e incisivo, invita a adentrarse en dos brillantes catálogos con denominación de origen" y Txema Mañeru (Orfeo) comenta que "sumergirse en el relato es una experiencia fascinante". Federico Navarro (Popular 1) concluye que "con pluma tan intensa como cercana su autor consigue que esas calles sean definitivamente nuestras", en lo que coincide con Raül Jiménez (Indienauta), que añade: "es un libro cuya existencia merece ser celebrada". Miguel López (Dirty Rock) señala que "combina la narración con fragmentos personales, una perspectiva colorida". Destaca Xavier Valiño (Ruta 66) además "la progresión cronológica con acertados flashbacks". Marcos Gendre, en La Zancadilla, comenta que "nos abre de par en par las ventanas de un mosaico lírico" y que "el diálogo íntimo con los personajes nos ofrece una dimensión real de  tan hermosa escritura".  Para Raúl Juliá (Muzikalia) es "un paseo por los estados anímicos y entornos sociales de ambos músicos, con conocimiento mayúsculo" y lo califica de "libro interesante y valioso". Juanjo Frontera, en Alquimia Sonora, lo tilda de "ensayo musical que aprovecha la biografía para hacer de guía encubierta y subterránea de una urbe apasionante". Chals Roig, en el blog colectivo Exile ESHM, resalta que es "un recorrido minucioso con interludios de narrativa subjetiva y un componente lírico que sobresale y conecta directamente con el lector". En la presentación en Valencia, Carlos Pérez de Ziriza apuntó otro elogio: "Hoy que todos tenemos acceso a la información sobre música y músicos se requiere que el enfoque sea distinto, más personal, con un punto de heterodoxia, que es lo que ha hecho el autor de este libro".