Alfred A. Knopf Publisher, 2015. 253 págs.
Existe traducción española, en la editorial Lumen.
Aviso: en este libro no hay música. Si alguien lo leyera sin saber quién es la Sra. Smith ni siquiera se imaginaría que ha grabado discos y canciones imborrables. Al menos en su anterior libro autobiográfico -"Just Kids"-, centrado en su llegada a la Gran Manzana y su relación con Robert Mapplethorpe, había algunos pasajes que describían momentos importantes en ese camino que emprendió a mitad de los 70 y que le llevó a ser una de las voces fundamentales del rock. En "M Train" hay un recorrido por lugares geográficos y estados del alma, un uso continuado de los recuerdos que llevan a otros recuerdos, un recurrente saltar en el tiempo o -si se prefiere- fluir con él, en el que a menudo se mezclan el sueño y la realidad, los deseos y lo vivido. Patti Smith nos lleva a algunos de sus cafés preferidos y deja volar la imaginación: parece que no puede vivir sin una taza y también que el aroma del café le trae imágenes de toda una vida, la que vivió con su marido, Fred Smith (en este libro no es "Sonic", solo Fred) y la que vivió sin él después de su temprano fallecimiento. Viajes que nos llevan a las ruinas del presidio donde estuvo encarcelado Jean Genet en un lugar perdido de la Guayana y a su tumba en Larache, a un sorprendente encuentro con el ajedrecista Bobby Fischer en Islandia, a su propia casa en Rockaway Beach devastada por el huracán Sandy o a la casa de Frida Kahlo en México, al Japón justo después del tsunami que arrasó Fukushima, o a Valencia, donde llega a tiempo para adherirse a la campaña "Salvem el Cabanyal". Ensoñaciones reales, realidad soñada de una mujer que siempre ha querido ser dueña de un café y que de hotel en hotel enciende el televisor para ver series de detectives. ¿Una estrella del rock?
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