MANERAS DE VIVIR. HISTORIAS DE ESPERANZA Y RESISTENCIA EN TIEMPOS DIFÍCILES.
Fernando Navarro. 2021. Muddy Waters Books. 236 págs.
La portada, en la que destaca el rótulo del veterano bar musical "La Vía Láctea", el título, referencia indiscutible a la canción de Rosendo, quien además firma un prólogo, y la condición de periodista musical del autor, pudieran hacer pensar que esas maneras de vivir son las de los músicos y que las historias de esperanza y resistencia que vamos a leer son las que ellos protagonizan. En sus páginas hay mucho más: bares, cines, teatros, salas, tablaos, tiendas de discos, librerías, un mapa por fuerza incompleto de la efervescencia cultural de una ciudad que se manifiesta en calles y barrios de esa inmensa tela de araña. El libro está compuesto principalmente por los reportajes breves que Navarro publicó en El País durante el estado de alarma, por lo que transmite una sensación de angustia e incertidumbre imposible de evitar. El futuro, en aquellos momentos, simplemente no existía. Esperanza y resistencia eran solo palabras y, aunque hoy la vida se parece suficientemente a la que conocimos antes del 14 de marzo de 2020, leyendo las historias que junta Navarro podemos volver a sentir como entonces el vacío, el miedo y la amenaza del fin de los tiempos. Hay anécdotas que expresan el absurdo, como la de la tienda de discos que vendía on line a clientes que vivían en la misma calle, un mundo de prisioneros que se comunicaban por mensajeros. Es el retrato de un Madrid vibrante que se había apagado de repente, de un tejido cultural, ya amenazado, que corría el riesgo de perderse. Navarro estaba haciendo crónica de un presente que solo vivía en el pasado, y no se sabía cuándo regresaría ni cómo. "Maneras de vivir" dibuja cierta geografía madrileña con trazo suelto y precisión, retrata con grises y negros el momento histórico y, con manifiesto espíritu combativo, se sitúa de frente a las políticas sociales, culturales y urbanísticas a las que responsabiliza de poner en riesgo ese Madrid que ama. Fernando Navarro escribe con orgullo nativo, ciudadano de una ciudad que acoge y adopta a quien se acerca a ella, a quien se queda a vivir. Ese Madrid por el que algunos volvemos una y otra vez, bajando en Atocha o en Chamartín, ese Madrid que tampoco nosotros queremos perder.
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