Lenoir Ediciones. 2018. 160 págs.
Me gustaban The Who, sí, pero ¿a quién no? Sin embargo Quadrophenia nunca me interesó, más allá de esa espléndida portada, y el asunto de los "mods" me parecía una cosa tan exótica como ser del Rayo Vallecano, o sea, que no tenía nada que ver conmigo. Vi la película, sí, pero ¿no la vimos todos? Con estas premisas, éste difícilmente iba a ser el libro que estaba esperando este año, pero... con esa portada tan intrigante y quadrofénica ¿por qué no leerlo? Y lo he leído, afortunadamente, porque en ese título en apariencia limitativo está sin embargo toda la historia de una banda, The Who, y de un hombre, Pete Townshend. Una historia que tiene mucho de musical pero que no puede entenderse sin otras líneas que cruzan por ella: el decidido planteamiento de vinculación con la sociedad de su tiempo, la búsqueda de la felicidad, la exorcización de los demonios personales. Javier Cosmen traza el itinerario que lleva a Townshend a utilizar la música como catarsis, por un lado, y por otro como vehículo de comunicación con un público con el que se siente identificado. The Who dejan de ser una banda de singles e incluso una banda de LPs para aspirar a algo más alto, que puede parecer pretencioso incluso, y que se traduce en la articulación de su mensaje a través de óperas-rock. "Tommy" será la primera y la que les dará crédito prácticamente ilimitado, pero "Quadrophenia" es el núcleo donde la idea de Townshend late más en lo hondo. Por eso el libro de Cosmen gira sobre ella y a través de ese doble disco de gestación complicada y presencia perdurable nos presenta una radiografía de los miedos y las pesadillas de su autor, de su deseo de trascendencia, de su búsqueda del yo interior, su introspección espiritual, sus excesos, su caída en el pozo del alcoholismo, y, necesariamente su relación con tres compañeros de viaje, Roger Daltrey, John Entwistle y Keith Moon, tan humanamente llena de afecciones y desafecciones. No es un libro sobre The Who, esa banda descomunal que ha llenado de rock medio siglo con menos de una docena de discos, pero en él puedes saberlo casi todo sobre ellos. Es, ya lo dice, un libro sobre Pete Townshend y su quadrofénica y atormentada mente. Porque la mente, que lo es todo, es su obra.
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