Todo era posible

TODO ERA POSIBLE. Revistas Underground y de Contracultura en España: 1968-1983. Manuel Moreno y Abel Cuevas.
Libros Walden. 2020. 257 págs.


Sorprende ver qué ingenuos éramos, qué trascendentes nos creíamos. Sorprende también, leyendo este libro, recordar cuántas cosas habíamos olvidado. Todo era posible, titulan con acierto los autores, y es cierto que lo pensábamos, y que lo expresábamos. Los lectores lo hacíamos en nuestros conciliábulos, que podían ser casas o casas de amigos, bares, asociaciones, facultades. En todas partes se conspiraba para soñar y se leían fanzines, opúsculos, comics y revistas underground. De estas últimas trata el libro, de las que germinaron a finales de los sesenta, florecieron en la década siguiente y apenas sobrevivieron al inicio de los denostados años ochenta. Contracultura, le llamábamos a esa otra forma de cultura, y de aquella salvaje explosión de contenidos llegaron a los quioscos revistas que vendieron muchos ejemplares y, como se deja reseñado en el libro, alcanzaron a un número muy superior de lectores, porque pasaban de mano en mano. Algunas de ellas, underground o normalizadas, hablaban de música, como Disco Exprés, otras hablaban de todo y también de música, y en ellas aparecen nombres como Ordovás, Manrique o García Pelayo, y de sus brasas nacieron otras que se extinguieron y otras que han pervivido décadas. Música, cómics, ilustración, pensamiento, en una España joven, que se creía joven y que medio siglo después es dolorosamente vieja. Pasear por las páginas de "Todo era posible" es un ejercicio de nostalgia que cada uno puede revestir del color que le apetezca, ni todo tiempo pasado fue mejor ni este que vivimos lo es. Pero, dios santo, qué derroche de imaginación y creatividad, qué absoluta falta de control, qué desparrame, qué torpeza. El libro ubica con precisión todo lo que iba surgiendo en esa época y  con portadas y recortes. Ahí están revistas que tuve y nunca coleccioné. Disco Exprés, Star, Ajoblanco, Sal Común, El Víbora, Makoki, Vibraciones (el Vibrata)... Ahí se documenta la aparición de Mariscal, de Ceesepé, de Ouka Lele, de Nazario, de tantos otros que pusieron imagen a nuestros desvaríos. Nos vamos haciendo viejos, pero este libro nos recuerda que un día no lo fuimos y que no pensábamos que la juventud nos abandonaría. La música de esos años lo empujaba todo y ponía banda sonora a la ruptura con la mente anciana: por las páginas de este libro aparecen Sisa y Lou Reed, Patti Smith y Neil Young, Richard Hell y Lluis Llach, el advenimiento del punk, Bernardo Bonezzi (el último moderno). Un consejo, cómprense una lupa porque los textos de los recortes tienen mucha miga.

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